Criminología

Carmen Balfagón revalida su liderazgo en el Colegio de Criminólogos de Madrid

Promete consolidar los avances logrados en formación, reconocimiento profesional y proyección institucional

Entrevista con Entrevista a Carmen Balfagón y Abel González, responsables del Colegio de Criminólogos de Madrid.
Carmen Balfagón y Abel GonzálezAlberto R. Roldán La Razón

La criminóloga y abogada Carmen Balfagón Lloreda revalidó la semana pasada su cargo como decana del Colegio de la Criminología de la Comunidad de Madrid (CPCM), después de un proceso electoral en el que no se han presentado más candidaturas, lo que demuestra el respaldo mayoritario y sin fisuras con el que ha contado y cuenta su gestión.

Junto a ella continúan en el cargo gran parte de su prestigioso equipo, entre los que se encuentran Abel González, vicedecano; Ramón Chippirás, secretario; Tatiana Rosa Burgos, vicesecretaria; Juan Carlos Gutiérrez, tesorero; Jordi Delgado, vicetesorero; y los vocales Jesús Chaves, Victoria Pascual, Sandra Calvo y Vicente M. García Vera.

En la asamblea telemática del pasado jueves, en la que la Junta Electoral aprobó los resultados del proceso electoral, la decana agradeció el trabajo de quienes ya no continúan en la Junta de Gobierno y aplaudió la llegada como nuevos vocales a Maite Muiña, Andrea Robles, Alberto Rodríguez y Lydia González, criminólogos que han trabajado mucho tiempo desinteresadamente por el Colegio y que cuentan con abundante formación y experiencia sobre determinados ámbitos criminológicos.

Como vocales suplentes han quedado Pascasio Hinojosa y Christián Hernán Quaglia. Además, al frente de la Comisión Ética y Deontológica estarán Marta de la Fuente, Ignacio Borja González y Juan Carlos Martín Santos. Y en la Comisión de Recursos trabajarán Julio Vadillo, José María Poderoso y Ricardo Arrate.

Cuatro años de logros

Balfagón afronta esta nueva legislatura con "la firme convicción y determinación" de lograr la plena inserción laboral de los criminólogos y su reconocimiento social con un plan que pasa, entre muchas medidas, por lograr aprobar en las Cortes propuesta legislativa que ha elaborado y que regule la profesión. Durante los últimos cuatro años, se ha reunido en decenas de ocasiones con grupos políticos, representantes instituciones y asociaciones para lograrlo, y seguirá haciéndolo.

En este tiempo, la Junta de Gobierno ha promovido acuerdos de colaboración con ayuntamientos, fuerzas de seguridad, asociaciones profesionales y colegios homólogos de otras comunidades autónomas, reforzando así una red de trabajo coordinada a nivel regional y nacional y convirtiéndose en un interlocutor principal en la Criminología de España.

En el plano formativo, el CPCM ha organizado y seguirán haciéndolo cursos, jornadas y webinars sobre muy diversos temas y ha creado el Centro de Estudios, una iniciativa pionera que ofrecerá cursos y certificaciones en áreas como criminología penitenciaria, ciberinteligencia, análisis criminal, función policial, violencia de género, mediación y gestión de la seguridad.

El Colegio ha trabajado también en el desarrollo de un registro oficial de peritos criminólogos, la elaboración de un Código Deontológico propio y la creación de nuevos canales de atención al colegiado, apostando por una gestión transparente, participativa y profesionalizada.

Otro de los grandes hitos ha sido la creación del Centro de Mediación, registrado oficialmente ante la Comunidad de Madrid, que ha permitido incorporar la figura del criminólogo como mediador en conflictos sociales, comunitarios y judiciales.

En paralelo, la apertura de la sede colegial física ha supuesto la consolidación de un espacio estable para la atención al colegiado, la organización de actividades y la representación institucional. Además, ha creado sus primeros premios y reconocimientos y ha firmado decenas de convenios con instituciones y asociaciones en beneficio de los colegiados/as.

Durante este periodo, el CPCM ha conseguido también la autorización oficial para que los criminólogos colegiados accedan a los centros penitenciarios. Y ha fomentado una intensa actividad a través de sus grupos de trabajo, creando varios nuevos, que abordan áreas como la criminología penitenciaria, función policial, ciberdelincuencia, criminología educativa o sobre seguridad vial.

La institución ha estado presente en ferias de empleo universitarias, jornadas de puertas abiertas y congresos nacionales, reforzando su función de orientación profesional y acercamiento a los futuros criminólogos. También ha desarrollado campañas informativas sobre las salidas profesionales del criminólogo y su papel en la prevención de la delincuencia, la mediación y el análisis del comportamiento criminal.

Igualmente, le Colegio ha incrementado su visibilidad pública mediante una presencia activa en medios de comunicación y redes sociales, estando presentes en todos los foros relacionados con la profesión a los que ha sido llamados y organizando dos exitosos Congresos de la Criminología de la Comunidad de Madrid, donde se ha congregado lo más granado de la profesión.

Proyecto de futuro

El Colegio encara una nueva etapa con nuevos proyectos -que se avanzarán en la Asamblea de Colegiados del 21 de noviembre- con la mirada puesta en la regulación profesional del criminólogo, una demanda que considera esencial para evitar el intrusismo y dotar de seguridad jurídica a una profesión que trabaja directamente con la prevención, la seguridad, la reinserción y el análisis del delito.

Con un número de colegiados y precolegiados que casi dobla con los que empezó Balfagón su andadura como decana, el Colegio ha consolidado su estructura organizativa y se ha convertido en un referente del trabajo bien hecho dentro del sector. Su compromiso, sostienen sus responsables, es seguir avanzando con rigor técnico, ética profesional y vocación de servicio público para que la Criminología ocupe el lugar que le corresponde en la sociedad.