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Salud mental

Casi un cuarto de los universitarios españoles admite haber tenido pensamientos suicidas

Un estudio de la Universidad Miguel Hernández revela que el 21,5% de los estudiantes ha tenido ideación suicida, mientras un 5,8% llegó a intentarlo al menos una vez en lo que se configura como un grave problema de salud pública

El estudio identificó los síntomas depresivos y las emociones negativas como los factores de riesgo más determinantes en la red de conducta suicida Canva

La salud mental de los universitarios españoles evidencia una situación alarmante, según un estudio pionero realizado por investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Los datos, recogidos entre 1.048 estudiantes de diversas universidades españolas con una edad media de 20,5 años muestran que el 21,5% de los encuestados ha experimentado pensamientos suicidas en algún punto de su vida, mientras que un 26,3% declaró haber deseado no despertarse por las mañanas.

La investigación, que aplicó una innovadora metodología de análisis de redes, profundiza en la compleja interconexión de factores que explican esta problemática.

El trabajo, titulado Suicidal Behavior in University Students in Spain: a Network Analysis desvela cifras aún más preocupantes sobre la conducta suicida en las aulas universitarias. Un 15% de los estudiantes reconoció haber contemplado métodos concretos para quitarse la vida, y un 5,8% admitió haberlo intentado al menos en una ocasión. Además, un 18% de los participantes confirmó haberse autolesionado sin intención de morir.

El análisis de redes como herramienta innovadora

La investigación utilizó por primera vez en España el análisis de redes para comprender la conducta suicida universitaria como un entramado complejo de emociones, pensamientos y características personales interconectadas. Este enfoque metodológico, desarrollado por el grupo de investigación PSYKE-UMH, permite visualizar cómo diferentes variables se activan mutuamente, generando un efecto acumulativo que puede desembocar en ideación o comportamientos suicidas.

El estudio identificó los síntomas depresivos y las emociones negativas como los factores de riesgo más determinantes en la red de conducta suicida. La tristeza, la irritabilidad y la ansiedad funcionan como nodos centrales que, al activarse, pueden desencadenar o intensificar otras emociones y comportamientos de riesgo. En el lado opuesto, la investigación destacó la autoestima, el bienestar subjetivo y la inteligencia emocional como los principales factores protectores.

Las implicaciones del estudio señalan la necesidad de que las universidades desarrollen programas integrales de prevención que trasciendan la mera atención clínica puntual. Los investigadores subrayan la importancia de implementar servicios de apoyo accesibles y programas educativos que enseñen a gestionar las emociones y los conflictos de manera saludable.

La muestra del estudio incluyó estudiantes de la Universidad Miguel Hernández de Elche, la Universidad de Alicante y la Universidad Católica de Murcia, contando también con la participación de profesionales de las facultades de Psicología de Zaragoza y La Rioja.