Ciencia

Las tres preguntas clave sobre Stephen Hawking

Hay tres preguntas clave sobre Stephen Hawking (1942-2018) que han dado vueltas una y otra vez estos últimos días y a las que voy a intentar dar mi particular respuesta.

Fotografía de archivo del 9 de diciembre de 2014, del físico británico Stephen Hawking. Efe
Fotografía de archivo del 9 de diciembre de 2014, del físico británico Stephen Hawking. Efelarazon

Hay tres preguntas clave sobre Stephen Hawking (1942-2018) que han dado vueltas una y otra vez estos últimos días y a las que voy a intentar dar mi particular respuesta.

Hay tres preguntas clave sobre Stephen Hawking (1942-2018) que han dado vueltas una y otra vez estos últimos días y a las que voy a intentar dar mi particular respuesta.

La primera es cuáles fueron sus principales contribuciones a la ciencia. En mi opinión, sus aportaciones más brillantes a la física teórica fueron fruto de combinar la gravedad —fuerza que determina la estructura y evolución del Universo— con la física cuántica, que es la teoría que describe el comportamiento de las partículas elementales —los ladrillos constitutivos de la materia—. Hawking formuló modelos para entender lo que ocurrió en los primeros instantes del Universo e incluso llegó a plantear el propio Universo como un sistema cuántico que se puede describir, al igual que cualquier partícula, por una herramienta matemática conocida como “función de onda”. También contribuyó sustancialmente a comprender los agujeros negros. Tal como indica su nombre (“negros”), estos misteriosos objetos deberían absorber todo tipo de radiación, sin emitir ninguna. No obstante, según Hawking, los agujeros negros emitirían una radiación de origen cuántico (conocida como radiación de Hawking) que hará que terminen evaporándose. Al formular científicamente algunos de los aspectos más complejos de nuestra comprensión del cosmos —como los mencionados arriba—, Stephen Hawking dejó una huella imborrable en la ciencia, con aportaciones que nos seguirán acompañando durante mucho tiempo.

La segunda pregunta es por qué Stephen Hawking no fue galardonado con el premio Nobel. La respuesta es simple: el premio Nobel sólo se concede a científicos cuyas teorías y predicciones han sido comprobadas mediante experimentos u observaciones. Puede que un aspecto de la genialidad de Hawking haya sido precisamente que sus teorías no se van a poder verificar a corto plazo.

La tercera pregunta es acerca de la popularidad que alcanzó Hawking en vida. Dicho lo dicho, es obvio que Hawking fue un científico brillante, seguramente uno de los más destacados después de Einstein en el campo de la física. Por otro lado, pese a ser un ejemplo único de superación por su condición física, lo que verdaderamente le catapultó a la celebridad fue su esfuerzo por acercar a la sociedad sus conocimientos científicos, incluso sobre temas verdaderamente complejos —pero muy llamativos— como los que él trabajó. Aun así, no fueron sólo sus libros, sino sus apariciones estelares en multitud de eventos, sus aventuras personales y su sentido del humor los que le granjearon un reconocimiento social comparable al de una estrella de rock. Fuera como fuese, Hawking fue inspiración de una o dos generaciones (hasta ahora), a las que inculcó una fuerte atracción por la ciencia. Tanto por sus contribuciones a la física como por su generación de inspiración, recordaremos a Hawking con admiración y agradecimiento durante largo tiempo.