Cambios climáticos

Olas de calor más mortíferas

En la última década, con el incremento de temperaturas, se ha elevado un 2,3% el número de víctimas mortales. Este nuevo estudio detalla cómo existen 27 formas distintas de morir.

La ola de altas temperaturas que azotó Europa en 2003 arrojó un balance de unas 70.000 víctimas mortales. Los efectos sobre la salud de estos episodios extremos están bien documentados
La ola de altas temperaturas que azotó Europa en 2003 arrojó un balance de unas 70.000 víctimas mortales. Los efectos sobre la salud de estos episodios extremos están bien documentadoslarazon

En la última década, con el incremento de temperaturas, se ha elevado un 2,3% el número de víctimas mortales. Este nuevo estudio detalla cómo existen 27 formas distintas de morir.

Puede que las temperaturas empiecen a descender por fin en los próximos días a medida que el otoño termina de entrar, tardío, en nuestras vidas. Puede que nuestra mente esté aún lejos de ponerse a pensar en el verano y que ni se nos ocurra prepararnos para la próxima ola de calor. Pero la ciencia ya está pensando en ella. De hecho, parece que tiene claro una cosa: las próximas olas de calor serán más intensas, más largas y más abundantes.

Un estudio publicado ayer de la Universidad de Hawaii ha ido más lejos: también matarán a más gente.

Los efectos sobre la salud de los episodios de calor extremo están bien documentados. La ola de altas temperaturas que azotó Europa en 2003 arrojó un balance de unas 70.000 víctimas mortales . En 2010 fallecieron cerca de 10.000 personas en Rusia por el exceso de calor. En Indía, 2.000 por la misma causa en 2015. Desde 1980 se han registrado en el mundo 800 casos de olas de calor con resultado de alguna muerte. Se trata de fallecimientos directos por golpes de calor o por agravamiento de patologías previas provocado por la subida de los termómetros. A ello, hay que unir el número de personas que ven limitada su actividad diaria por culpa del exceso de calor ambiental que, según los datos de este trabajo, pueden ser millones.

La sensibilidad del cuerpo humano al calor extremo puede ahora empezar a ponerse a prueba si nos vemos avocados a una sucesión cada vez más frecuente de calorinas continuadas.

Los expertos de la Universidad de Hawaii, liderados por el doctor Camilo Mora, han querido investigar algo más sobre el asunto y buscar patrones de comportamiento universal del cuerpo humano ante las temperaturas excepcionalmente altas. Porque lo cierto es que aún no se conoce realmente por qué el calor es capaz de matarnos: qué mecanismos intervienen en el daño fisiológico que nos genera esta circunstancia meteorológica.

Mora y su equipo han buceado en la literatura clínica y en las estadísticas epidemiológicas globales para detectar hasta 35 posibles interacciones diferentes del calor con el cuerpo. 27 de ellas pueden ser perjudiciales para la salud.

Cuando el cuerpo se expone a una temperatura extrema, el hipotálamo genera una reacción espontánea que permite redirigir el flujo de la sangre hacia la periferia del cuerpo, para aumentar la capacidad refrigeradora de la piel. De ese modo, los órganos internos pierden parte de su riego habitual. Es lo que se llama isquemia. Como resultado se descompensa sutilmente el aporte de oxígeno a esos órganos.

Si el calor aún continúa y, a pesar de este mecanismo de defensa, la temperatura del cuerpo sigue siendo demasiado elevada, se genera un proceso conocido como citotoxicidad. La combinación de citotoxicidad e isquemia puede derivar en daños irreparables en el cerebro, el corazón, el hígado, los riñones o el aparato digestivo.

El proceso puede convertirse en irreversible cuando algunas proteínas que controlan la coagulación de la sangre se vuelven hiperactivas debido a una falta de compensación de sustancias químicas en el flujo sanguíneo. Surge un síndrome llamado respuesta inflamatoria sistémica que es letal. Los expertos han encontrado que este síndrome puede provocar 27 reacciones diferentes capaces de matarnos. En otras palabras, hay 27 modos distintos de morir por culpa de una ola de calor.

Según este trabajo, en la última década, el aumento de menos de 1 grado de las temperaturas globales ha elevado en un 2,3 por ciento el número de víctimas mortales por culpa del calor. Si las temperaturas aumentan más de un grado en el futuro la mortalidad podría dispararse. El calor se convertirá, de ser ciertos estos datos, en un serio problema de salud pública.