Salud

Desmentido tajante a los Centros de Enfermedades: "Las vacunas no producen autismo"

La Asociación Española de Vacunología rechazan el vínculo entre la inmunización y la enfermedad

EEUU.-AMP.-El secretario de Sanidad acusa a la directora de los CDC de mentir tras denunciar presiones sobre las vacunas
El secretario de Sanidad acusa a la directora de los CDC de mentir tras denunciar presiones sobre las vacunasEuropa Press

La Asociación Española de Vacunología, y avalada por ocho sociedades científico-médicas, ha rechazado el reciente mensaje de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, sobre la seguridad de las vacunas, y afirman que son los fármacos más seguros que existen y, por tanto, no producen autismo.

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Los expertos insisten en que nunca se han detectado señales de seguridad que relacionen las vacunas con el autismo o el trastorno del espectro autista, y que los niños vacunados desarrollan autismo con la misma frecuencia que los no vacunados. En este sentido, el manifiesto explica que las causas del autismo son "complejas, multifactoriales y, en gran medida, desconocidas".

El manifiesto está firmado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT), la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS) y la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP).

Los CDC han modificado en su medio oficial de difusión electrónica la afirmación que durante años sostuvieron basada en la evidencia científica respecto a la seguridad de las vacunas en relación con el autismo. En estos momentos, su página web recoge que "La afirmación 'las vacunas no causan autismo' no es una afirmación basada en la evidencia, porque los estudios no han descartado la posibilidad de que las vacunas infantiles causen autismo".

"El cambio de posición adoptado por los CDC de Estados Unidos, basado en premisas ya descartadas por la comunidad científica, supone un riesgo real e innecesario para la salud pública global", advierten.

Según explican, esta modificación parece responder a cambios en la estructura interna de la agencia, que "han supuesto la sustitución de personal técnico con amplia experiencia y trayectoria por asesores que, históricamente, han sostenido posturas discrepantes, basadas en interpretaciones erróneas o no alineadas con el consenso científico vigente".

El manifiesto recoge los orígenes de la atribución del autismo a las vacunas, que se remontan a un artículo de una revista científica británica publicado en 1998. En él se establecía falsamente una conexión entre la vacuna contra el sarampión y el desarrollo del autismo.

La AEV recuerda que este artículo fue retractado por los editores de la revista después de descubrir que habían sido manipulados con datos falseados. En consecuencia, el Consejo Médico General del Reino Unido declaró al autor culpable de fraude y violación de los protocolos éticos. Como resultado, le revocaron la licencia para ejercer la medicina en el país.

"Pese al descubrimiento del fraude, la creencia errónea de que la vacunación causa autismo se arraigó en un grupo pequeño de población que, como podemos ver, sigue teniendo gran importancia", señalan desde la AEV.

A raíz de este escándalo, la relación causal entre la administración de vacunas y el autismo ha sido exhaustivamente estudiada y categóricamente descartada por la comunidad científica internacional a lo largo de las últimas dos décadas. Por tanto, el posicionamiento de las sociedades científicas es claro: las noticias que vinculan las vacunas, particularmente la triple vírica (sarampión, paperas y rubéola), con el autismo carecen de evidencia científica.

Finalmente, el manifiesto insta a los profesionales sanitarios a seguir siendo la principal fuente de información confiable para las familias, y a la población a consultar a sus profesionales sanitarios y vacunólogos ante cualquier duda.