Opinión

Violencia entre menores

La tecnología es una herramienta tan maravillosa como aterradora

Los alumnos del instituto de Jerez regresan a clase tras las agresiones del jueves
Los alumnos del instituto de Jerez regresan a clase tras las agresiones del juevesRomán RíosAgencia EFE

Hace unos días, todos los informativos recogieron la pavorosa imagen de dos niñas de doce años agrediéndose con inusitada violencia, mientras sus compañeras grababan la escena y las jaleaban. Este suceso, estremecedor, es uno de los muchos acaecidos, no ya a lo largo del año, sino en esta última semana, que ha concluido con el apuñalamiento de varios profesores y alumnos en un instituto de Jerez, perpetrado por un menor de catorce años. Si sigo enumerando actos violentos y delictivos, no puedo olvidarme de esos ocho menores de entre quince y diecisiete años, detenidos por agredir sexualmente a tres niñas, una de ellas de trece y con discapacidad, en Crevillente. Entretanto, la fiscal jefe de Madrid reconoce el incremento del 82 por ciento de los delitos sexuales cometidos por menores… ¿Qué está sucediendo? Los expertos advierten de dos circunstancias peligrosas e incontestables. La primera, el contacto de los menores con la pornografía, desde esa edad tan tierna que son los nueve años; la segunda, el efecto de las redes sociales en las relaciones, a todas las edades, pero con especial incidencia en la adolescencia. La tecnología es una herramienta tan maravillosa como aterradora. Abre las puertas al mundo, facilita las comunicaciones humanas y aporta comodidad a los trabajos; sin embargo, incluye un peligro perverso: el de la exposición social. La del siglo XXI parece el eje de todas las cosas: hay que mostrarlo todo, la vida, las peleas, el amor, el odio… imágenes de impacto falsas o reales para captar la atención. Dicen los creadores de la Inteligencia Artificial (que ya está añadiendo violencia a la ecuación) que o se controla o las consecuencias serán fatales. De momento, las de tecnología ya resultan aterradoras. Y hasta los niños la llevan en el bolsillo...