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El avión, los coches y hasta el pueblo los pagó en metálico

La Razón
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A medida que se conocen más detalles del llamado «caso Topolino», más engaños y excentricidades de Ernesto Colman Mena, propietario de Vitaldent, se revelan. Lo último, según ha podido saber LA RAZÓN de fuentes conocedoras del caso, que todos los bienes de lujo que le han sido incautados por los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (UDEF)fueron pagados en metálico.

Esta revelación se vincula directamente con uno de los delitos por los que está siendo investigado: el blanqueo de capitales. Dinero negro y efectivo con el que supuestamente pagó los 5,5 millones de euros con los que compró el pueblo de Montgarri en el Valle de Arán, los coches que tenía –todos por encima de los 60.000 euros–, o un avión Cesna.

De hecho, en los registros llevados a cabo durante el día de ayer, la Policía encontró cerca de 1,2 millones de euros en metálico, así como numerosos relojes de lujo. Los relojes y el dinero se suman así a lo incautado el martes, cuando se destapó la trama. En concreto, en la casa de Colman se intervinieron 400.000 euros en efectivo. En el despacho que Julio Nicolás Sisinni comparte con Bartolo Conte se incautaron más de 100.000. En la vivienda de Javier Arteaga, director general de Expansión en Miami, la Policía halló 66.000 euros. Y en la casa de su hermano Óscar Arteaga, 615.000. En este sentido, además de retener los bienes de los investigados, la Policía también bloqueó los saldos de las personas físicas y jurídicas investigadas, repartidos en 25 entidades bancarias, así como los activos financieros de dos Sociedades de Inversión de Capital Variable (las Sicav) por importe de 5 millones de euros.

Del mismo modo, decretó la prohibición de disponer de 124 fincas urbanas repartidas por toda España y de 103 rústicas, así como de los coches, la aeronave y los caballos.

Estas actuaciones se llevaron a cabo gracias a la denuncia de varios socios y las detenciones y ante las sospechas de la UDEF de que el dueño de Vitaldent tenía previsto cerrar repentinamente el negocio y quedarse con el dinero recaudado.