Las clínicas veterinarias españolas, a la vanguardia de la innovación técnica: cada vez se parecen más a nuestro sistema sanitario.

¿Sabía que su gato puede ser diabético o padecer problemas de tiroides? ¿Que el cáncer es la principal causa de muerte entre los perros? ¿Que, de los 1.415 patógenos humanos conocidos, el 61% son zoonosis y, por lo tanto, tienen relación directa con la Veterinaria? Nuestras mascotas no son tan distintas a nosotros –en lo que a salud se refiere– y, por ello, el sector de las clínicas veterinarias está cada vez más especializado. En España, tenemos varios hospitales veterinarios de referencia que cuentan con equipamiento tecnológico de primer nivel.

Cinco consultas, una sala de rehabilitación con bañera de hidroterapia, dos quirófanos equipados con los mismos instrumentos de cirugía que podría encontrar en cualquier hospital que haya visitado y un elemento clave: éste, es para mascotas. LA RAZÓN ha visitado las instalaciones del Hospital Veterinario Retiro, en Madrid, y corrobora la opinión que nos expresó uno de sus clientes: «cualquiera desearía ser tratado aquí». Retiro carga con 35 años de experiencia a sus espaldas y, ahora, inauguran un centro 24 horas con tecnología de lo más puntera.

Para empezar, cuentan con el primer TAC específico para veterinaria de España. Este dispositivo, de lo más avanzado del mundo en tomografía, realiza imágenes tridimensionales con calidad espacial. Además, es capaz de realizar esta prueba tanto a una tarántula de 10 gramos como al más grande de los canes. Fernando Pérez, cirujano jefe del centro, nos mostró algunas de estas «radiografías 3D», mediante las que es mucho más sencillo, para el dueño, interpretar qué le sucede a su mascota.

Otro elemento de vanguardia «es, sin duda, nuestra terapia regenerativa con factores del crecimiento y células madre», refiere a este diario Luis Fernández Garrido, director gerente del hospital. Los factores de crecimiento proporcionan el estímulo necesario para que los tejidos rotos cicatricen hasta diez veces más rápido.

También son expertos en cirugía artroscópica. Esta operación se realiza con pequeñas incisiones mediante las que el cirujano veterinario inserta un instrumento con una cámara pequeña, del tamaño de un lápiz, en la articulación del animal. Este aparato envía la imagen al monitor de una televisión. ¿Cómo en las series? «Exactamente», confirma Fernández Garrido, pero, aquí, el paciente tiene cuatro patas.

Tras el recorrido por la clínica –que realmente parece un hospital en miniatura–, no podemos evitar preguntar por la coqueta salita de rehabilitación. El suelo está acolchado con una alfombra en forma de puzzle, hay barandillas metálicas ancladas a las paredes y pelotas de goma similares a las de un parque infantil, pero lo que más llama la atención es, sin duda, la bañera de hidroterapia. «Al estar en agua caliente, el animal tiende a mover las patas para mantenerse a flote», explica Fernández Garrido, «en tierra cojean, impidiendo así una rehabilitación eficaz».

En total, el equipo lo forman 18 profesionales especializados en diferentes áreas, como Traumatología, Oftalmología, Dermatología, reproducción y obstetricia, afectaciones del aparato digestivo, fluoroscopia directa para intervenciones complejas (como la implantación de un marcapasos) Neurología y Oncología. Aunque, a la hora de contratar, buscan «vocación y amor por los animales», revela el director general.

Lo más duro de su trabajo, confiesa, es esa «inocencia infantil» que tienen los animales. «Cuando le pides la pata a un perro y éste te la da para que le introduzcas de nuevo la aguja de una vacuna, confía en ti. Es difícil cuando ese día la inyección es de anestesia, porque él no lo sabe, pero tú sí». Fernández Garrido, licenciado en Veterinaria en el año 81, no puede evitar emocionarse cuando expresa que se irá de este mundo «sabiendo que ha regalado felicidad» a los dueños de muchas mascotas.