España registra el sexto año hidrológico más seco de este siglo

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no es optimista sobre la posibilidad de que España salga durante los próximos meses de la sequía de larga duración que atraviesa desde finales de 2022. Aunque la predicción de Aemet indica que hasta febrero de 2024 las lluvias podrían ser más intensas de lo normal, su portavoz, Rubén del Campo, no cree que sean suficientes para atajarla. Tendrían que darse dos estaciones (este otoño e invierno) «muy, muy lluviosas», y deberían colocarse en lo más alto de la tabla de la serie histórica, informa Ep.

En este sentido, indicó que si en los dos últimos años han caído en torno a 230 litros por metro cuadrado menos para toda España de lo que tendría que haber llovido, en otoño e invierno debería haber lluvias de por lo menos 230 litros por metro cuadrado de más. «Y eso, desde 1961 solo ha pasado una vez, en 1965», señaló.

«No es la sequía más intensa pero sí la más larga de toda la serie histórica, que comenzó en 1961 y supera ya en duración a la de los años 80 y 90», comentó Del Campo.

En este momento las cuencas de Guadiana, Guadalquivir y Sur afrontan la sequía más larga de su historia, y las del Pirineo oriental y el Ebro, la más intensa, después de que el año hidrológico –que comenzó el 1 de octubre de 2022 y concluyó el 30 de septiembre– haya terminado como el sexto más seco de este siglo, con un 12% menos lluvias de lo normal, y el duodécimo más seco desde 1961, cuando comenzó la serie histórica, según confirmó De Campo.

En un encuentro informativo con medios de comunicación, el experto informó de que el valor medio de las precipitaciones acumuladas en el año hidrológico se situó en 561 litros por metro cuadrado en la Península, un 12% menos que lo normal en el periodo de referencia 1991-2020, que son 640 litros por metro cuadrado.

Por este motivo, el recién acabado año hidrológico ha sido calificado como «seco» y, si a la Península se suman los dos archipiélagos, la precipitación sobre el conjunto de España serían 555 litros por metro cuadrado, un 12% menos que el promedio del período de referencia 1991-2020, que son 634 litros por metro cuadrado.

Las cantidades acumuladas estuvieron por debajo de sus valores normales en la mayor parte de la Península y los dos archipiélagos. De hecho, Del Campo indicó que el déficit hídrico es superior al 25% en los cuadrantes noreste y suroeste peninsulares, en zonas más aisladas de Asturias, Cantabria o País Vasco y en la mayoría de las islas Canarias, principalmente en las más orientales, salvo en La Palma y en la mitad sur de Tenerife.

Por el contrario, el volumen de precipitaciones supera los valores normales entre 1991-2020 en Galicia, la mitad oeste de Castilla y León junto con Soria, en La Rioja y mitad sur de Navarra, en las provincias de Madrid y Toledo y en la mitad oeste de Cuenca, en la mitad norte de Extremadura, de manera más dispersa en el Levante, desde Almería hasta el valle del Ebro, en las islas de Mallorca y Menorca y en la mitad sur de la isla de Tenerife.

Respecto al próximo trimestre (diciembre, enero y febrero), la predicción es que sea más cálido de lo normal (entre un 60-70% de probabilidades), así como que las precipitaciones sean más abundantes de lo normal (entre un 40-50% de posibilidad).

Llega una borrasca

A corto plazo, Rubén del Campo ha informado de la llegada el jueves de una "profunda e intensa" borrasca que "barrerá" la península y dejará lluvias sobre todo en la mitad occidental y en la zona centro, con acumulaciones de hasta 40 litros por metro cuadrado o más en una hora en Galicia, Pirineos Extremadura, Castilla-La Mancha, zona centro, áreas de Andalucía y Pirineos, informa Efe. Esta semana se prevé así "desapacible e inestable" frente al calor anómalo registrado al inicio de octubre.

De confirmarse como la primera borrasca de gran impacto de la temporada 2023-2024, se le atribuiría un nombre, como hacen los servicios meteorológicos nacionales de Portugal (IPMA), Francia (Météo-France), Bélgica (RMI), Luxemburgo (MeteoLux) y España (Aemet), que en este caso sería "Aline".

"Si por fin se nombra o no, dependerá de los avisos en vigor para ese día, tanto de lluvia como de rachas de fuerte viento", ha explicado Del Campo.

Precisamente Francia ha puesto nombre -Babet- a una borrasca atlántica cuyos vientos de componente sur conducirán hasta la península masas de aire de procedencia subtropical, con temperaturas templadas y alto contenido de humedad.