
Piscología infantil
"Estudié a más de 200 niños: si le enseñas a tu hijo solo una habilidad, que sea esta"
No tiene que ver con el rendimiento escolar ni con la obediencia

Entre rutinas, deberes y normas, muchas veces olvidamos que lo que más necesitan los niños no es ser perfectos, sino sentirse seguros por dentro. Según la experta en crianza consciente Reem Raouda -quien ha estudiado más de 200 relaciones entre padres e hijos-, hay una habilidad silenciosa que transforma por completo su manera de enfrentarse a la vida.
No tiene que ver con hablar otro idioma, sacar buenas notas o destacar en un deporte. Es algo mucho más esencial y, sin embargo, pocas veces se enseña de forma directa: la capacidad de conectar consigo mismos.
Por qué esta habilidad es clave

Según Raouda, cuando un niño aprende a reconocer lo que siente, a identificar sus necesidades y a confiar en su propia voz interior, gana una base emocional sólida que lo acompaña el resto de su vida.
¿El problema? Muchas veces, sin querer, los adultos desconectamos a los niños de su mundo interno. Frases como "no llores", "no fue para tanto" o "no tengas miedo" transmiten el mensaje de que sus emociones no son válidas. Con el tiempo, eso se convierte en inseguridad, ansiedad o dificultad para tomar decisiones desde un lugar auténtico.
En cambio, cuandoesa conexión se cultiva desde pequeños, los beneficios son profundos:
- Más resiliencia emocional, incluso ante el estrés o la frustración.
- Autoestima estable, no basada en logros ni en la aprobación externa.
- Límites sanos, que les permiten decir que no cuando algo no les sienta bien.
- Mayor protección frente a problemas de salud mental, como la ansiedad o la dependencia emocional.
Cómo fomentar la conexión interna en casa, según la experta

1. Valida sus emociones
En vez de "estás bien", di: "entiendo que eso te haya molestado. Estoy aquí contigo". Validar no es sobreproteger; es enseñarle a confiar en lo que siente.
2. Acepta todo su espectro
Dales permiso para estar tristes, tener miedo, enfadarse o equivocarse. Un niño que se siente aceptado incluso en sus momentos difíciles crece con más seguridad.
3. Suelta el control
Deja que tomen decisiones pequeñas: elegir su ropa, su merienda, o cómo organizar su tarde. Sentir que tienen voz refuerza su autoconfianza.
4. Sé modelo
Comparte cómo te sientes: "Hoy estoy un poco cansado, necesito estar en silencio un rato". Mostrar tus propios procesos emocionales les enseña que sentir es natural.
5. Cambia el enfoque
En lugar de "¿por qué hiciste eso?", prueba con "¿qué sentiste cuando pasó?". Así fomentas la reflexión sin juicio.
6. Observa lo que hay detrás del comportamiento
Una rabieta, muchas veces, no es rebeldía, sino un mensaje: "no me siento visto, me siento solo". Aprender a ver más allá del gesto ayuda a que el niño también lo haga.
7. Refuerza su forma de ser, no solo lo que logra
Más allá de las notas o los logros, reconoce: "me encanta lo curioso que eres" o "qué detallista fuiste con tu amigo". Así aprende que su valor no depende de lo que hace, sino de quién es.
Reem Raouda lo resume así: "Un niño que se siente seguro por dentro crece sin necesidad de ponerse máscaras. No necesita destacar para sentirse valioso, porque ya sabe que lo es". Si vas a enseñar solo una cosa, que sea esta: cómo escucharse y confiar en sí mismo. Porque todo lo demás -la empatía, la fortaleza, la autenticidad- nace de ahí.
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