Lucha contra la delincuencia

La Guardia Civil impulsa una «DEA» para luchar contra el narco

Países de todo el mundo participarán en el Centro

de Inteligencia Criminal Antidroga

Nota Prensa. Guardia Civil GUARDIA CIVIL 04/11/2023
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España, Portugal, Colombia, Ecuador, Costa Rica, República Dominicana, Brasil, Panamá y Dubai son los nueve países que, impulsados por la Guardia Civil, integrarán una nueva «agencia» policial para noquear al narcotráfico, especialmente de cocaína, con un único objetivo: desmantelar las redes en toda su estructura, desde la producción al blanqueo de capitales.

Se trata del proyecto GDIN (Global Drug Intelligence Network), liderado por el instituto armado y que esta semana ha mantenido en Madrid su primera reunión de alto nivel con la participación de los máximos responsables policiales de la lucha contra el tráfico de drogas de esos nueve países, en un encuentro en el que ha intervenido la fiscal jefe Antidroga de la Audiencia Nacional, Rosa Ana Morán.

Financiado con fondos de la Comisión Europea, este proyecto, en el que la Guardia Civil ha contado con el apoyo de la Policía Judicial de Portugal, permitirá poner en marcha en febrero próximo el Centro de Inteligencia Criminal Antidroga (CICA), con sede en Madrid, y en el que trabajarán analistas de los nueve países para intercambiar inteligencia e integrar sus capacidades de investigación.

Como han asegurado a Efe responsables de la Unidad Técnica de Policía Judicial (UTPJ) de la Guardia Civil y de su Unidad Central Operativa (UCO), el objetivo es crear «un clima de confianza» entre esos países que permita la cooperación, bien bilateral o multilateral, para desarticular las estructuras permanentes de los narcos.

El proyecto está abierto a otros países. De momento se ha contado con algunos de Iberoamérica y de Oriente Medio, se ha centrado en el tráfico de cocaína y se buscará golpear a todo el entramado del crimen organizado y los delitos asociados al narco, como el tráfico de seres humanos o el blanqueo de dinero.

Y, sobre todo, evitar lo que ya está ocurriendo en muchos países, incluso europeos (aún no en España): que el narco llegue a «permeabilizar» y «desestabilizar» las estructuras de un país.

Colombia es, junto con Brasil, el país que más cocaína produce. Sus plantaciones ya están sobreexplotadas al haberse duplicado en muchos casos el número de cosechas anuales. Su representante en el proyecto GDIN asegura que la «experiencia» de Colombia en el narcotráfico puede aportar mucho a esta iniciativa y explica que tras el proceso de paz el país ha puesto en marcha varias líneas de acción en materia de seguridad.

Así, una de ellas tiene que ver con un proceso de socialización de los excombatientes de las FARC, que aún se ven como «enemigos». Otra línea se centra en la seguridad rural y en el control de las plantaciones, que contribuyen a desertificar el territorio.

Y además de la labor propia de la Policía Judicial, Colombia –recalca este mando– ha apostado por la inteligencia como «algo vital» y, en este sentido, en la lucha contra el narcotráfico ha priorizado «golpear» los flujos de dinero que genera esta actividad ilícita.

Respecto a Ecuador, su frontera con Colombia y Perú han hecho de ese país el principal puerto de salida de la cocaína hacia Europa y Estados Unidos. De hecho, actualmente desde allí sale el mayor número de contenedores «contaminados» con drogas.

Recuerda este mando policial que en Colombia se cultiva coca en 230.000 hectáreas, una ingente cantidad a la que dar salida desde las «buenas vías» con las que cuenta Ecuador.

Por eso, en ese desafío compartido en el GDIN de luchar contra el tráfico de este estupefaciente, Ecuador también tiene prioridades: fortalecer el control en sus puertos y aumentar sus capacidades policiales.

De momento solo dos países europeos, España y Portugal, forman parte del proyecto. A ellos llega una buena parte de la droga que entra a Europa desde Suramérica principalmente por tres puertos y por este orden en cuanto a cantidades: Amberes (Bélgica), Róterdam (Países Bajos) y Valencia (España). Intensificar el control en los puntos de entrada es también prioritario para los países afectados.