¿Hay que cambiar de toalla del baño cada semana?

Hay personas absolutamente obsesionadas con la limpieza. Todos conocemos a alguien así… al típico que utiliza posavasos, que se pone de los nervios si ve una gota sin limpiar en la encimera y que se preocupa hasta por quitar el polvo de los libros apilados en la estantería del salón. Para el resto de personas, la limpieza del hogar supone una tarea tediosa y -en general- nada gratificante. Por eso tratamos de mantener unos mínimos… pero sin pasarnos.

Uno de los espacios que más atención demanda es el cuarto de baño. La humedad es la principal causa del mal olor y la acumulación de hongos y bacterias, así que, el cuarto de baño es el mejor candidato para desarrollar estos problemas. Y dentro de esta habitación, aquellas superficies que más atraigan la humedad serán -consecuentemente- las más amenazadas.

Es decir, que las toallas con las que nos secamos después de la ducha son el medio ideal para la proliferación de bacterias y hongos. Además de acumular piel muerta, secreciones salivales, urinarias y fecales, y todo tipo de ácaros y agentes patógenos. Así que, si no la cambias con frecuencia, estarás exponiéndote a ti a tu familia a esta amenaza. Además, a todos nos gusta salir de la ducha y tener una toalla seca, suave y que huela bien para secarnos. Ahora bien, tampoco es razonable que cambiemos las toallas todos los días. No sólo es muy tedioso, sino que un lavado excesivo también deterioraría los tejidos más rápido de lo necesario.

¿Con qué frecuencia deberíamos limpiar las toallas?

Los expertos recomiendan lavar las toallas del baño después de dos o tres días de uso. Este tiempo debería ser suficiente para evitar que los microorganismos se acumulen y proliferen. Aunque, eso sí, debemos evitar compartir las toallas… aunque se trate de otros miembros de nuestra familia. Y también es importante que colguemos las toallas bien estiradas en un tendedero o cerca de un radiador.

Y si eres de esos que dejan las toallas mojadas hechas un gurruño en el suelo, entonces sí que debes cambiarlas con mayor frecuencia. Pero solamente deberíamos cambiar diariamente las toallas cuando fuésemos conscientes de que padecemos un patógeno o un hongo que pueda transmitirse a través del contacto directo.

Por último, es importante recordar que los microorganismos patógenos que queremos evitar con la limpieza pueden sobrevivir cuando se lavan a bajas temperaturas (por debajo de 40 grados). Así que, lo mejor que podemos hacer para asegurarnos de que las eliminamos por completo es echarlas a la lavadora con temperaturas por encima de los 60 grados.