Reportaje

Ibiza reivindica el turismo responsable y su riqueza marina

La ScubaWeek, una iniciativa que con charlas sobre buceo y actividades para reducir plásticos busca ensalzar y proteger el patrimonio natural de la isla

Jaume Torres durante la charla sobre buceo que se celebró el martes y a la que acudieron distintos colegios de la isla
Jaume Torres durante la charla sobre buceo que se celebró el martes y a la que acudieron distintos colegios de la islaLa razón

Ibiza lleva décadas consolidándose como uno de los destinos turísticos más destacados de España. Conocida por sus playas cristalinas, su vida nocturna y su patrimonio cultural, en los últimos años la isla ha estado buscando la mejor manera de combinar el ocio con las nuevas realidades del mundo en el que vivimos, que sin duda pasan por la sostenibilidad y el impacto social que dejamos en el planeta.

Los fondos marinos de las islas de Ibiza y Formentera albergan el organismo vivo más grande del mundo: unas extensas praderas de Posidonia oceánica de ocho kilómetros de longitud con más de 100.000 años de vida, declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco. Decía Jacques Cousteau, uno de los exploradores marinos más importantes de la historia, que «solo se protege lo que se ama, y solo se ama lo que se conoce». Y si hay algo que nos permite conocer lo que albergan nuestras aguas es estar en contacto con ellas y ver con nuestros propios ojos la realidad del mundo submarino.

Con esta premisa surgió, en el año 2006, la «ScubaWeek Ibiza», una iniciativa impulsada por Jaume Torres. Este hombre, que lleva más de 30 años ligado al submarinismo (y toda su vida a la ínsula ibicenca), quería que se reconociera el tesoro submarino de la isla, así como acercar los deportes náuticos a la gente local. Entrevistas, conferencias, competiciones de deportes acuáticos, concursos de fotografía… Diversas actividades formaron parte de la primera edición, y también de las siguientes celebradas en 2007 y 2008.

Divulgar y proteger el patrimonio natural y cultural a partir del deporte y la diversión ha sido siempre el objetivo. Ahora, tras unos años parados en los que fue difícil sacar adelante el proyecto, se ha celebrado la ScubaWeek 2025, que arrancó el 21 de octubre y finalizará mañana.

Los niños, el futuro

En esta ocasión se han escogido los lemas «Aprendizaje activo» y «El futuro ha de aprender del pasado» para poner en el centro a los más pequeños. Porque de las nuevas generaciones depende que se conserve aquello de lo que han disfrutado las anteriores.

En el año 2007 se aprobó el Decreto 40/2007 por el cual se regulaba el buceo deportivo y recreativo en la comunidad autónoma de las Islas Baleares. En el artículo 4 se establecía que, a partir de los 8 años, los menores de edad podían participar en las actividades de inmersión organizadas por los centros de buceo deportivo y recreativo, así como realizar cursos, siempre con la autorización previa de sus tutores; con un instructor con la titulación adecuada; y con límites de profundidad.

El pasado martes, dentro de las actividades de la ScubaWeek 2025, se celebró una masterclass de Iniciación al Submarinismo, a la que acudieron distintos centros escolares de la isla. «El medio acuático no es el entorno natural del ser humano. Por eso, aprender a bucear implica comprender las leyes físicas que rigen bajo el agua y cómo afectan a nuestro organismo», explica Jaume Torres en una entrevista para LA RAZÓN.

Este instructor ibicenco también es el director del centro «Anfibios», que desde hace más de cuatro décadas oferta deportes náuticos en Ibiza. Según su experiencia, «hay déficit de material pedagógico para los más jóvenes». Los manuales son los mismos para un adulto que para un niño de 10 años, y los profesionales «tenemos muchas dificultades para que los entiendan». Por ello, el objetivo esta vez estaba claro: enseñar, pero hacerlo desde lo visual, lo palpable y la diversión. En el Teatro España, ubicado en el municipio de Santa Eulalia, Jaume hizo de científico y, con su bata blanca, explicó a los oyentes cómo las leyes de la física afectan a nuestro cuerpo bajo el agua. Con vídeos, experimentos y dinámicas prácticas éstos aprendieron cómo mantener una buena flotabilidad para disfrutar del buceo de forma segura. «Les dijimos que se imaginaran que estaban en un submarino y proyectamos vídeos que les ayudaban a generar sensaciones propias de ese ambiente. Vieron en imágenes cómo una botella de aire, a medida que desciende en el mar, se llena de agua porque el aire se comprime. Es necesario que lo vean con sus propios ojos y lo entiendan», asegura Jaume. Para él, los beneficios que esta actividad puede aportar a los pequeños son muchos: «Es algo que obviamente requiere de mucha responsabilidad, así que les puede ayudar a madurar en este aspecto. Además, se trata de una actividad en la que, mínimo, deben participar dos personas, así que también refuerza el espíritu de cooperación», considera. El hecho de que se desarrolle en el mar es, sin duda, el punto fuerte, y resulta positivo que puedan desarrollar «una actividad física mientras aprenden del medio y están en contacto con él». Los impulsores de esta iniciativa creen que enseñar deporte en el mar a los jóvenes «es educar en respeto, salud y conciencia ambiental».

Los niños haciendo lo que en buceo es la señal de ascender
Los niños haciendo lo que en buceo es la señal de ascenderLa Razón

La actividad fue un éxito y prueba de ello es que, tras la charla, toda una clase se animó a ver cómo se hacía una práctica de buceo en una piscina. «Fue muy emocionante, ves que lo que haces despierta interés. Muy pocos jóvenes de la isla hacen buceo u otros deportes acuáticos. Una de mis grandes reivindicaciones es que la gente de aquí conozca lo que tenemos. Queremos que los turistas lo sepan, pero primero tenemos que descubrirlo todos nosotros», explica Torres con seguridad.

En el día de ayer se celebró otra actividad que tuvo una gran acogida, «Arte vs Plásticos». Los pequeños y sus familias aprendieron a transformar en piezas artísticas residuos que se encontraron en el mar. «Además de crear han aprendido a reducir, reutilizar y transformar estos residuos marinos. Queremos que entiendan que no tenemos un planeta B, así que hay que cuidar el A y afrontar los problemas que nos afectan a todos», sentencia el director de Anfibios.

Atravesar "un mar de plásticos", emulado con botellas recogidas, era una de las actividades de ayer
Atravesar "un mar de plásticos", emulado con botellas recogidas, era una de las actividades de ayerLa Razón