Pederastia

La Iglesia portuguesa admite abusos a 5.000 menores

Un informe histórico en el país vecino muestra que hubo «cultura de la ocultación» durante décadas

Al menos 5.000 menores fueron objeto de abusos por sacerdotes que se aprovecharon del silencio de las víctimas y de la «cultura de la ocultación» de la jerarquía católica en Portugal. Esta es una de las conclusiones del informe presentado en Lisboa por la comisión independiente creada por la Conferencia Episcopal lusa que, durante un año, ha investigado los abusos ocurridos en el seno de la Iglesia católica lusa desde 1950.

La Comisión Independiente (CI), liderada por el psiquiatra infantil Pedro Strecht e integrada por otros cinco expertos, comprobó 512 testimonios de los que se deduce que el número de víctimas reales de abusos en la Iglesia lusa se acerca a los 5.000 «como mínimo». La dimensión y la violencia del problema es similar a la de países vecinos, aunque en Portugal los abusos comienzan a una edad más temprana, apenas 11 años como media, debido, según los expertos, al peso específico que los seminarios tenían en el país en la segunda mitad del siglo XX.

En su primera reacción ante el informe, el obispo José Ornelas, presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal (CEP), ha instado a la «tolerancia cero» frente a los autores de los abusos, aunque ha descartado una «caza de brujas» dentro de la Iglesia lusa. «Pedimos perdón a todas las víctimas» por los que Ornelas calificó de «crímenes hediondos», y que representan «una herida que nos duele y nos avergüenza», informa Efe.

Ornelas ha evitado concretar posibles acciones contra los sacerdotes abusadores en activo, aunque señaló que «la Iglesia tiene protocolos».

Las víctimas

El informe arroja datos relevantes sobre el perfil de las víctimas. El 57% eran niños y el resto niñas; la mayoría ronda hoy los 52 años, y alrededor del 20% está en los 40; en el momento del primer abuso el 58,6% de las víctimas residía con sus padres. De media, tardaron diez años en contarlo, la mitad se lo contó a su familia, y, la otra mitad, a su cónyuge o amigos. Muchas de las víctimas hablaron por primera vez del tema con los expertos de la comisión. Una de las cuestiones más polémicas es que solo 25 casos han podido ser remitidos a la Fiscalía, ya que el 95% de los delitos ha prescrito.

Los abusadores

El 96% de los abusadores eran hombres y una «aplastante mayoría», el 77%, eran sacerdotes. El informe señala también que la edad de los agresores determinó el tipo de abuso. Los más jóvenes practicaron con mayor frecuencia la penetración en espacios aislados mientras que, los de edad avanzada, cometieron otros abusos en espacios privados de la iglesia. En la mitad de los casos, eran personas próximas a la víctima.

Un aspecto importante es que muchos de los abusadores denunciados en esta investigación están todavía en activo, por lo que la comisión prepara una lista –que no hará pública– y que trasladará a la Fiscalía.