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Hábitos

Un italiano se sorprende al descubrir "uno de los mayores mitos" sobre los españoles: "Casi nadie lo hace"

Este elemento es sinónimo de la cultura española para millones de turistas, pero en la vida cotidiana de los españoles, brilla por su ausencia

Imagen de aficionados españoles en la previa a la final de la Liga Naciones 2025, entre Portugal y España ANNA SZILAGYIEFE

Cuando Stefano Piergiovanni llegó a España hace más de una década, venía cargado de expectativas sobre cómo sería la vida en la tierra del flamenco, las tapas y, por supuesto, la sangría. Pero con el paso de los años, este italiano afincado en Valencia y conocido en TikTok como @viviallestero.com, ha descubierto que uno de los símbolos más icónicos del país es, en realidad, una construcción más turística que cultural: los españoles casi nunca beben sangría.

Así lo asegura en uno de sus vídeos virales, donde desmonta “uno de los mayores mitos” asociados a España. "Es como el vermut en Italia", explica Stefano a sus más de 100.000 seguidores. "Existe, pero ya nadie lo pide en los bares".

Uno de los "mayores mitos" de los españoles

La percepción internacional sobre la sangría es clara: una bebida nacional, presente en cada bar y brindis español. Sin embargo, la realidad que describe Stefano es bien distinta. "En más de diez años viviendo aquí, nunca he visto a un español pedir sangría en un bar", afirma con rotundidad. Y no exagera.

En la mayoría de bares de barrio, especialmente fuera de las zonas turísticas, pedir una sangría puede levantar una ceja. “Lo siento, aquí no tenemos sangría”, es una respuesta más habitual de lo que muchos extranjeros esperarían. En realidad, el tinto de verano es mucho más popular entre los locales por su sencillez, su bajo precio y su facilidad para combinar con cualquier comida.

Eso no quiere decir que la sangría haya desaparecido. Sigue existiendo y tiene su espacio reservado en ciertos contextos: fiestas universitarias, reuniones familiares o eventos especiales, donde se prepara en grandes cantidades, generalmente de forma casera. Pero no es una bebida que forme parte del día a día de la mayoría de españoles.

La diferencia clave está en su preparación. Mientras que el tinto de verano se elabora con vino tinto y refresco de limón o gaseosa, la sangría incluye vino, licor, azúcar y fruta troceada, lo que la convierte en una opción más elaborada para el que la prepara.

"Si no es sangría, ¿entonces qué?"

Para quienes quieren beber como un auténtico local, Stefano tiene varias recomendaciones. Aparte del omnipresente tinto de verano, en su vídeo menciona el Rebujito andaluz (vino fino o manzanilla con refresco de limón), el Agua de Valencia (una mezcla de cava, zumo de naranja, vodka y ginebra) o el Calimocho del norte (vino tinto con refresco de cola), bebidas que, aunque regionales, gozan de enorme popularidad.

Estas opciones ofrecen una visión más realista del paisaje etílico español y ayudan a desmontar estereotipos simplistas. Lo que para muchos turistas es símbolo nacional, para los locales es simplemente una bebida que “está bien para los guiris”.

Tal vez sea hora de actualizar la postal turística. Porque aunque la sangría siga vendiéndose en los restaurantes del centro de Madrid o Barcelona, si lo que buscas es integrarte de verdad en la cultura local, será mejor que vayas aprendiendo a pedir “un tinto con limón” antes de que el camarero te responda: “Aquí no servimos sangría”.