Madrid

José Cobo, el joven cardenal y arzobispo de Madrid de carrera meteórica que será elector en el Cónclave

Organizó en 2024 un acto de reparación para las víctimas de abusos y ha sido mediador con el Gobierno para resignificar el Valle de los Caídos

José Cobo
José CoboEuropa Press

El cardenal José Cobo Cano, arzobispo de Madrid, de 59 años, es uno de los españoles electores en el Cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco y que arranca este miércoles 7 de mayo. Cobo, que se cuenta entre los más jóvenes del colegio cardenalicio, ha protagonizado una carrera meteórica tanto nacional como vaticana desde que Francisco lo nombró arzobispo de Madrid el 12 de junio de 2023.

Poco después, el 30 de septiembre de 2023, fue creado cardenal y antes había sido nombrado miembro del Dicasterio para los Obispos. El 1 de marzo de 2024 fue nombrado ordinario para los fieles del rito oriental en España. Además, ese mismo año fue elegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Nacido el 20 de septiembre de 1965 en Sabiote (Jaén), pero afincado en Madrid desde joven, José Cobo estudió Derecho Civil en la Universidad Complutense, licenciándose en 1988. Ese mismo año ingresó en el Seminario Conciliar de La Inmaculada y San Dámaso. Fue ordenado sacerdote el 23 de abril de 1994. Su servicio pastoral lo forjó como viceconsiliario de Hermandades del Trabajo y vicario parroquial en San Leopoldo.

Desde 1995 fue vicario parroquial de S. Leopoldo hasta el año 2000 en que fue nombrado párroco de S. Alfonso María de Ligorio y miembro del Consejo presbiteral. En 2001 fue nombrado arcipreste de Ntra. Sra. del Pilar (Aluche-Campamento) y participó en el II Sínodo diocesano como miembro de la Comisión permanente. A todo ello se sumo la docencia en la Escuela de Agentes de Pastoral y en el Centro de Estudios Sociales de Cáritas Diocesana.

En 2015 fue nombrado vicario episcopal de la Vicaría II Nordeste y, dos años después, el 29 de diciembre de 2017, se anunció su nombramiento como obispo auxiliar de Madrid, recibiendo la ordenación episcopal el 17 de febrero de 2018. Su sintonía con las líneas de reforma de Francisco se evidenció con sus encargos en la Conferencia Episcopal Española debido a que lideró la Pastoral Penitenciaria y dirigió el Departamento de Migraciones desde 2019.

Reformador de estudios sacerdotales

Además, su presencia en Roma se ha multiplicado desde que forma parte del Dicasterio para los Obispos, del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, del Dicasterio para las Iglesias Orientales y es ordinario para los católicos orientales residentes en España. En los últimos meses, el Papa también le encargó coordinar un grupo de trabajo mundial para reformar el plan de estudios de los futuros sacerdotes.

De perfil progresista y carácter dialogante, destaca por su atención a las periferias, en consonancia con Francisco. El año pasado organizó en la Catedral de la Almudena un acto de reparación para pedir perdón a las víctimas de abusos en la Iglesia, a través del Proyecto Repara de la Archidiócesis de Madrid y bajo el lema 'No queremos pasar página'. Se le ha visto a las puertas de la sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE) dialogando con representantes de víctimas, que consideran insuficiente los pasos de los prelados españoles para acabar con esta lacra.

Buscador de consensos

En una entrevista con Europa Press en 2024, el purpurado español defendió también la necesidad de que la Iglesia sea un factor de unidad y encuentro. "En tiempos de polarización, la Iglesia debe apoyar el consenso más que nunca", dijo. Sobre otra de las medidas más polémicas de Francisco, la bendición de parejas del mismo sexo, aseguró que en la Iglesia las bendiciones se las han dado a "todo el mundo".

"No tenemos registro, ni la percepción de que esto haya crecido o bajado. Yo creo que cualquier cura en cualquier parroquia está acostumbrado a dar la mano a gente que quiere caminar, gente que está rota, todo tipo de bendiciones. Nosotros no somos los propietarios de la bendición. Es Dios", puntualizó. También mostraba preocupación por las "distintas guerras" y la "tensiones geopolíticas" y "culturales" en el mundo a finales de 2024.

Cobo también ha sido el mediador de la Iglesia encargado de dialogar con el Gobierno para la resignificación del Valle de los Caídos, que finalmente mantendrá a los monjes benedictinos, la sacralización de la Basílica y la Cruz. Su actuación en este ámbito ha sido criticada por sectores ultraconservadores como HazteOir. Una vez el Ejecutivo lanzó el concurso internacional, el arzobispado de Madrid y la CEE criticaron que el Gobierno avanza sin tener en cuenta a la Iglesia.