Fecundidad

La medicina reproductiva española, líder en el mundo

Miles de mujeres viajan a nuestro país para someterse a técnicas de fertilidad animadas por el alto nivel científico y tecnológico, pero también por nuestras ventajas legislativas

España es un destino de turismo de fertilidad por la calidad asistencial, el precio y una regulación más laxa
España es un destino de medicina de fertilidad por la calidad asistencial, el precio y la regulaciónlarazon

Para muchas mujeres, ser madre no es solamente un deseo, sino un propósito de vida. Es el caso de Asta. «Cuando era una niña y alguien me preguntaba que qué quería ser de mayor, yo siempre contestaba lo mismo: actriz y mamá». Desde entonces, cada esfuerzo y decisión que ha tomado en su vida ha ido encaminada a conseguir estos objetivos. El primero lo ha conseguido con creces. Hoy en día puede presumir de haber interpretado papeles de éxito en Polonia, su país de origen. Pero el segundo no para de resistírsele. «Aunque ni los comprendía ni lo compartía, me dejé influenciar por quienes me mostraban su inmenso interés en que no me atase a una familia siendo tan joven y disfrutase de la vida y de lo bueno. Y, aunque yo pensaba que para mí nada podía ser más bueno que tener un hijo, seguí sus consejos», lamenta. Ahora tiene 45 años e intenta conseguir el embarazo en una clínica de reproducción asistida de nuestro país.

Como ella, 13.588 mujeres viajaron a España para someterse a técnicas de fertilidad de acuerdo con los últimos datos del Registro Nacional de Actividad publicados por la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) referidos al año 2020. Esto supone un 10% de los tratamientos que se realizan en las clínicas y hospitales que hay distribuidos por toda nuestra geografía. Y, según los expertos, esta cifra va en aumento.

Nuestro país es, junto a República Checa, Dinamarca y Bélgica, uno de los destinos más populares del mundo en Medicina Reproductiva y mejor valorados. Un dato llamativo es que, a partir de la pandemia, el número de mujeres extranjeras que se someten a un tratamiento de fertilidad en algunas clínicas de nuestro país ha sido exponencial y, desde 2019, se ha duplicado.

Los motivos por los que estos miles de pacientes viajan a España para realizar sus tratamientos de fertilidad son múltiples. El primero es el elevado nivel de conocimiento y experiencia de nuestros profesionales médicos y las avanzadas técnicas diagnósticas y clínicas con las que cuentan los centros sanitarios. Esto permite ser uno de los países más avanzados en reproducción asistida tanto desde el punto de vista tanto tecnológico como científico y médico. Pero también marca la diferencia la actual ley española 14/2006. «Lo que nos ha posicionado como destino preferente es la legislación que tenemos, que nos permite utilizar gametos donados, tanto semen como ovocitos y, además, realizar técnicas de diagnóstico preimplantacional. Ambas son técnicas de una alta complejidad que nos han permitido desarrollar tecnológicamente nuestros laboratorios y un expertise que otros países no tienen», explica Juana Crespo, directora médica de la clínica de reproducción asistida de alta complejidad que lleva su mismo nombre.

Una legislación avanzada

Para los expertos, esta legislación supone un avance científico y técnico respecto al resto de legislaciones de nuestro entorno, las cuales no permiten a los pacientes acceder a determinados tratamientos o realizar algunas pruebas diagnósticas, como la técnica del diagnóstico genético preimplantacional, que permite conocer si un embrión está sano antes de implantarlo a la futura madre. Ésta no está permitida en países como Alemania.

En lo que respecta al acceso a los tratamientos también existen muchas desigualdades con nuestros países vecinos. Es el caso, por ejemplo, de Italia, donde no es posible que una mujer sin pareja se someta a un tratamiento de reproducción asistida. En España, sin embargo, existe una larga trayectoria y experiencia en madres solteras, parejas de mujeres lesbianas o futuros padres que desean acceder a un programa de donación de óvulos o semen seguro y anónimo. Precisamente, este anonimato también es parte del atractivo de nuestro país. Tenemos una rigurosa regulación para la donación de gametos anónima y altruista. Este anonimato no está permitido en países como Reino Unido, Suiza, Irlanda, Holanda, Noruega, Alemania o Dinamarca.

Así, el tratamiento más importante en el que nosotros somos líder es la donación de óvulos y el diagnóstico preimplantacional, y se debe «a nuestra experiencia y a la tecnología que hemos empleado, principalmente», asegura la experta. Pero también es importante tener en cuenta que la donación de ovocitos con anonimato que exige nuestro país permite que los donantes estén protegidos de algo que les preocupa: que cuando sea mayor, el niño pueda pedir una reclamación de maternidad o paternidad. «Gracias al anonimato que exige la legislación en España tenemos más donantes que en otros países donde la donación no es anónima», indica.

La donación de óvulos es el tratamiento que mayor demanda ha sufrido en los últimos años. «Hemos retrasado de una manera muy importante la maternidad y de una edad media de 28 años que tenían las pacientes cuando empecé en los años 90, han pasado a tener 39 o 40 años. Ese retraso en la maternidad hace que muchos de los óvulos que tienen las pacientes no sean buenos y que la técnica de donación de óvulos cada vez sea más usual», lamenta la doctora.

Y las técnicas más avanzadas tienen el objetivo, precisamente, de mejorar la calidad de los óvulos. «En estas técnicas podemos incluir las estimulaciones personalizadas o el diagnóstico preimplantacional que es cada vez más usual, menos invasivo y ofrece más certeza. Además, en nuestro caso hemos desarrollado un procedimiento propio, Revitalize que supone un gran avance porque mejora la calidad de los óvulos y la receptividad del endometrio aumentando la posibilidad de embarazo con óvulos propios en pacientes con muy mal pronóstico reproductivo», detalla.

Para contrarrestar este deterioro reproductivo, la ciencia está avanzando a pasos agigantados últimamente.

Entre los avances que veremos en los próximos años, destacan: la inclusión del útero artificial, los gametos artificiales y la derivación de ovocitos a partir de células madre. «Realmente, el útero viejo implanta mal y tiene problemas en el embarazo y el ovocito viejo no nos da lugar a embriones sanos. Yo creo que en unos diez años tendremos respuestas tanto en úteros artificiales como en gametos artificiales», aplaude.

Hasta que estos avances se materialicen, la experta aconseja «divorciar» completamente la reproducción de la sexualidad. «Al final, si decidimos cambiar completamente la naturaleza de embarazarnos a los 20 años, tenemos que planificar la fertilidad y guardar óvulos aproximadamente a los 30 años», concluye.