Salud

Los médicos confunden sus síntomas con ansiedad y descubren un cáncer muy avanzado meses después

La joven de 23 años acudió al médico y le aseguraron que no era nada grave

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Revisión cáncer de pielLa Razón

Todos quieren salir bien en las fotos, especialmente en aquellas que se suben a redes sociales. Por eso, muchas personas recurren a ciertas ayudas para resaltar o mejorar su aspecto físico. Para Lily Murphy, de 30 años, se trataba del tono pálido de su piel.

La británica, oriunda de Watford, decidió acudir a unas sesiones en camas solares para broncearse artificialmente antes de un viaje. Esa decisión, según cuenta Independent, cambió su vida por completo.

Lily Murphy

Murphy fue diagnosticada con melanoma en etapa 1B a los 23 años, después de regresar de un viaje al sudeste asiático. Sin embargo, su diagnóstico no fue lineal.

Tras recibir tratamiento durante algunos meses, su equipo médico le dio el alta. No obstante, años después volvió a sentirse mal: presentaba dolores de espalda y pecho, además de un cansancio persistente. Algunos médicos atribuyeron los síntomas a la ansiedad. Tiempo después, le diagnosticaron melanoma en etapa 4.

Actualmente, Lily sigue un tratamiento constante contra el cáncer y lucha por la prohibición de las camas solares en el Reino Unido, con el objetivo de evitar que otras personas pasen por lo mismo que ella.

El síntoma desapercibido

La primera señal del cáncer fue un lunar. En 2018, notó que se había oscurecido y que, en ocasiones, sangraba. Acudió al médico, quien le aseguró que probablemente no era nada grave.

Aliviada, Murphy se fue de viaje con sus amigas a Asia. Antes de partir, decidió usar las camas solares para broncearse un poco, como ella misma relata.

Al volver a Inglaterra, buscó una segunda opinión médica. Le recomendaron hacerse varios exámenes. Dos semanas después, recibió el diagnóstico: tenía un melanoma en etapa inicial.

Dado que este tipo de cáncer tiene un alto índice de curación, Murphy se mantuvo optimista. En 2019, se sometió a una escisión local amplia y a una biopsia en el Royal Free Hospital de Londres. Poco después, los médicos le dieron el alta.

Etapa 4

En 2023, Murphy volvió a sentirse mal. Se sentía constantemente fatigada y tenía dolores en la espalda y el pecho. Tras varias consultas médicas, le dijeron que se trataba de ansiedad.

Eventualmente, logró hacerse unos análisis de sangre. Los resultados fueron devastadores: tenía melanoma en etapa 4. El cáncer se había extendido a sus pulmones y al cuello.

En abril de ese mismo año, comenzó un tratamiento de inmunoterapia, pero tuvo que interrumpirlo por su elevado precio. Luego intentó con dos tratamientos orales de quimioterapia, pero desarrolló una fuerte reacción alérgica.

En febrero de 2025, Murphy por fin encontró un tratamiento que le funcionó y, poco a poco, ha empezado a mejorar.

Una petición

Ahora, la británica trabaja para evitar que otros vivan lo que ella ha vivido. “Si pudiera evitar que una sola persona utilizara camas solares y pasara por lo que yo pasé, sería un milagro”, afirma Murphy.

A través de su campaña y de una investigación, ha recibido múltiples solicitudes para realizar biopsias a pacientes que han estado expuestos a camas solares. Su petición, Ban Sun Beds to Protect Against Skin Cancer in the UK, fue lanzada en mayo y ya ha reunido más de 700 firmas.