Energía

El «eterno» vertido en el Golfo de México

Un estudio alerta de los efectos duraderos del derrame de crudo en EEUU en 2010

Los efectos sobre el medioambiente del derrame de petróleo ocurrido en el golfo de México en 2010 pueden durar más de lo que se creía hasta ahora, pues los contaminantes se acumularon en el lecho marino, con el riesgo de entrar en la cadena alimenticia de peces y corales, según un estudio publicado este lunes.

El texto, aparecido en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), analiza alguna de las consecuencias del derrame de petróleo del 20 de abril de 2010 en el golfo de México, que se produjo por la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, que extraía crudo para BP del pozo Macondo.

Esa explosión provocó 11 muertos, 17 heridos y el mayor vertido de petróleo de la historia de Estados Unidos.

Durante 87 días, desde el pozo Macondo, situado a 1.500 metros de profundidad, fluyeron 4.900 millones de barriles de petróleo, que contaminaron los humedales del delta del Misisipi y las costas de Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida, de acuerdo con datos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) estadounidense.

El estudio detalla que, cuando se produce un vertido como el del golfo de México, los restos de petróleo y otros contaminantes se combinan con algas microscópicas y otros desechos marinos y descienden como «una tormenta de nieve sucia» hacia el fondo del mar.

«Sabíamos que los contaminantes del petróleo pueden ser transportados hacia abajo por la nieve marina, pero no esperábamos que esos contaminantes permanecieran en el agua durante tanto tiempo», explicó Beizhan Yan, químico medioambiental del Observatorio Lamont-Doherty y autor principal de la investigación.

Medir la cantidad total de petróleo derramado que termina en el fondo marino es difícil, pero según la oceanógrafa Uta Passow, de la Universidad de California y coautora del estudio, puede ser más del 10 por ciento «o incluso más del 15 por ciento».

Gracias a esta investigación, los científicos saben ahora que parte del petróleo vertido al agua en un derrame desciende «en grandes cantidades» al lecho marino y «afecta a las comunidades que viven allí», detalló Passow.

Antes del ocurrido en el golfo de México, el otro gran derrame de crudo en Estados Unidos fue el provocado por el accidente del barco petrolero Exxon Valdez en la costa sur de Alaska en 1989, pero entonces el vertido no superó los 300.000 barriles.