F-1

Malasia

Fórmula E, con «f» de futuro

La competición es el mejor laboratorio para el desarrollo de aplicaciones relacionadas con los vehículos eléctricos.

Fórmula E, con «f» de futuro
Fórmula E, con «f» de futurolarazon

La competición es el mejor laboratorio para el desarrollo de aplicaciones relacionadas con los vehículos eléctricos.

Históricamente, el mundo del automóvil ha vivido un constante proceso de innovación y en los últimos años el avance resulta casi abrumador. La tecnología se impone a pasos agigantados y la electricidad toma posiciones en nuestras vidas para aumentar el compromiso con el medio ambiente. La competición, más allá de crear héroes y apelar a la épica para el recuerdo de los aficionados, siempre ha sido un laboratorio perfecto para desarrollar dispositivos, motores y, en definitiva, aumentar la eficiencia y la seguridad. Tarde o temprano, los sistemas que los vehículos de competición utilizan para ganar carreras siempre acaban implantados en los turismos de calle. Neumáticos, aerodinámica y suspensiones se han llevado la palma en este sentido y ahora los vehículos híbridos y completamente eléctricos protagonizan las investigaciones.

Por eso, competiciones como la Fórmula E, que nació hace apenas dos meses, han tomado un auge tan importante en tan poco tiempo. Al contrario de lo que ocurre en la Fórmula 1, donde el nivel técnico es tan abrumador que el espectador apenas percibe este avance, en este campeonato el uso de motores exclusivamente eléctricos ha atraído a un buen número de fans y, sobre todo, ha provocado que muchos fabricantes de automóviles lo consideren un lugar perfecto para adquirir conocimientos.

Al igual que ocurre en otros ámbitos de la tecnología, la clave se encuentra en desarrollar la capacidad de las baterías y en este sentido incluso algunas compañías que poco o nada tenían que ver con el automovilismo se han lanzado a colaborar en este certamen para obtener la máxima información posible. Tal es el caso de Qualcomm, una compañía tecnológica especializada en procesadores de smartphones (al margen de otras materias) que está desarrollando un dispositivo capaz de recargar las baterías de forma inalámbrica. Hasta ahora los coches eléctricos requieren ser enchufados a la red para recargar y el tiempo, en función del tipo de enchufe, se extiende mucho más de lo deseado. Por el momento las pruebas van por buen camino y lo están ensayando con el vehículo que ejerce labores de seguridad, como es el BMW i8, un superdeportivo de BMW que cuenta con dos propulsores eléctricos y otro de gasolina.

Renault es el constructor de automóviles que más interés ha tomado por este campeonato e incluso ha participado en la creación del coche. Pero no lo ha hecho en solitario porque ha contado con colaboradores de lujo como los equipos de Fórmula 1 McLaren y Williams, el fabricante de neumáticos Michelin y otros pequeños proveedores muchos de ellos procedentes de California. La marca gala inició hace varios años una completa ofensiva eléctrica que incluía el lanzamiento de numerosos modelos impulsados completamente por energía eléctrica. Y con su implicación en la Fórmula E demuestra que quiere saberlo todo sobre esta disciplina.

Aerodinámica

Uno de los aspectos a tener en cuenta en la Fórmula E es la aerodinámica. Los motores eléctricos actuales no cuentan con una autonomía comparable a un vehículo de gasolina y por eso cuanto más eficiente sea mejor funcionará este aspecto. Cuanto menor sea la resistencia al viento del vehículo menos energía requerirá por parte del motor y por este motivo los estudios se centran en esta clase de pruebas. Las prestaciones del coche no son comparables a un Fórmula 1, pero no van despacio precisamente. Acelera de 0 a 100 en sólo 3 segundos y son capaces de alcanzar velocidades punta de 220 km/h. A priori, no son unas cifras apabullantes, pero para comenzar han diseñado un calendario repleto de escenarios urbanos donde la lucha entre los pilotos será muy intensa.

La Fórmula E no pretende competir con la F-1 y tampoco con otros campeonatos. Ha sido capaz de atraer a un público que antes no se había interesado por las carreras y que, sin embargo, ha visto en el tema de los motores eléctricos y toda la tecnología que incorporan algo diferente. El formato también resulta distinto a otros campeonatos más convencionales, ya que los coches apenas hacen ruido (algo que muchos agradecen al contrario que otros puristas) y cada piloto emplea dos monoplazas, pues la autonomía de las baterías no da para aguantar una hora de prueba.

Con la disputa de una sola carrera (la semana que viene se celebra la segunda en Malasia) ha cumplido con las expectativas creadas y ahora no sólo varios fabricantes de automóviles buscan la manera de estar presente. Renault ya está y Audi lo hace de manera extra oficial a través de un equipo que colabora con los alemanes en otros campeonatos. En 2015 el reglamento contará con nuevas normas y cada escudería podrá crear, dentro de unos límites, su propio monoplaza y aplicar nuevas tecnologías. La batalla está servida y la vinculación con el mundo real y diario está más cerca que nunca.