Chile

Una expedición tomará muestras del océano más extremo

El estudio comenzará en la fosa de Atacama
El estudio comenzará en la fosa de Atacamalarazon

Una expedición científica ha puesto en marcha un proyecto ambicioso de cuatro años de duración destinado a explorar los lugares más profundos, más fríos y más cálidos del planeta. Su propósito es el de recoger y evaluar muestras de barro y sedimentos de grandes fosas oceánicas de más de ocho kilómetros de profundidad hasta ahora vírgenes.

Los primeros ensayos de campo se ejecutarán en breve en la Fosa de Atacama, en el Océano Pacífico Oriental, frente a la costa de Chile y Perú. A continuación partirán rumbo hacia las aguas del Ártico frente a Noruega y posteriormente a la Antártida acompañados de socios de Italia y Sudáfrica. Además accederán a fosas profundas frente a las costas de Nueva Zelanda y China.

Los estudios programados se destinarán a la exploración de las fosas más profundas, de hábitats más extremos y apenas sondeadas con anterioridad. De estos emplazamientos sólo se han extraído unas pocas muestras, una motivación más para el proyecto PHARMASEA, que confía en lograr avances pioneros en este campo, informa la agencia de la UE Cordis.

El equipo al cargo también realizará labores de investigación y desarrollo encaminadas a descubrir nuevos compuestos biológicos a partir de bacterias, hongos y macroorganismos. Las muestras obtenidas se someterán a estudio con el fin de descubrir su potencial como medicamentos precursores, ingredientes para alimentos o cosméticos.

"Exploraremos bacterias marinas nuevas capaces de producir tres tipos de antibióticos distintos", declaró el profesor de química Marcel Jaspars, director del Centro de Biodescubrimiento Marino de la Universidad de Aberdeen en Escocia (Reino Unido) y coordinador del proyecto. "También contemplamos el descubrimiento de fármacos contra enfermedades del sistema nervioso central, antioxidantes y soluciones antiinflamatorias que tengan aplicación además en la industria cosmética".

El profesor entiende que esta investigación resulta fundamental sobre todo si se tiene en cuenta que no se han registrado antibióticos nuevos desde 2003. Tal y como indicó, "si no se hace nada para combatir esta carencia, se corre el riesgo de volver en unos diez o veinte años a la "era previa a los antibióticos", en la que podían resultar mortales microbios e infecciones que hoy se tratan fácilmente".