Salud

El papel clave de las enfermeras expertas para evitar complicaciones en pacientes anticoagulados

Actualmente se estima que existen entre 800.000 y un millón de pacientes con tratamiento anticoagulante en España, una medicación que, en muchas ocasiones, necesita un control exhaustivo.

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Una mujer sostiene unos medicamentosFreepik

Actualmente, entre 800.000 y un millón de personas en España reciben tratamiento anticoagulante, una medicación que, en muchas ocasiones, necesita un control exhaustivo para evitar complicaciones graves. Con motivo del Día Nacional del Paciente Anticoagulado, el Consejo General de Enfermería (CGE) ha destacado la importancia de contar con enfermeras especializadas en este ámbito para asesorar, cuidar, ayudar y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

Florentino Pérez Raya, presidente del CGE, subraya que “el seguimiento de una enfermera experta reduce enormemente los costes de posibles visitas a urgencias por complicaciones prevenibles con una buena educación previa”. Las enfermeras, tanto en Atención Primaria como en consultas hospitalarias y de urgencias, desempeñan un papel clave en la educación del paciente, la monitorización del tratamiento y la detección temprana de posibles problemas de adherencia o complicaciones.

“Es absolutamente fundamental tener enfermeras expertas y adecuadamente formadas en el manejo de los anticoagulantes, ya que en la mayoría de los casos van a ser los profesionales que más frecuentemente ven a los pacientes y los que primero pueden observar dificultades con el tratamiento, problemas de adherencia y complicaciones asociadas al tratamiento y a la propia patología. Además, las enfermeras tienen un rol muy importante en la educación a los pacientes y/o cuidadores sobre el manejo del tratamiento anticoagulante, así como en la monitorización y control del propio tratamiento”, afirma José Miguel Rivera, miembro de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología (AEEC).

Entre los motivos más frecuentes de anticoagulación se encuentran la fibrilación auricular (56 %), la prótesis valvular (23 %) y la enfermedad tromboembólica venosa (16 %). “Es importante promover estilos de vida saludables, como el control de la tensión arterial, el peso, la diabetes, evitar el consumo de alcohol y tabaco y todos esos factores de riesgo que pueden llevarnos a desarrollar fibrilación auricular u otras enfermedades cardiovasculares que obligan a tomar este tratamiento”, apunta Alba Cano, también miembro de la AEEC.

La promoción del autocuidado es otra función esencial de las enfermeras. "El paciente anticoagulado vive con un tratamiento que requiere atención diaria. Debe saber cómo tomar su medicación, qué alimentos o fármacos pueden interferir y cuando consultar ante signos de alarma. Cuando el paciente entiende su tratamiento y participa activamente en su cuidado se reduce el riesgo de complicaciones. Además, el autocuidado fortalece la autonomía y la confianza del paciente en sí mismo porque deja de ser un mero receptor de indicaciones para convertirse en el protagonista de su salud”, añade Cano.

José Miguel Rivera recuerda la importancia de la adherencia al tratamiento: “Aunque la evidencia científica constata sus beneficios, la adherencia a los tratamientos anticoagulantes no es siempre la adecuada y en múltiples ocasiones esto es debido a fallos en la interpretación del riesgo o sangrados. Cualquier tratamiento anticoagulante aumenta el riesgo de hemorragia, por lo que serán más frecuentes en estos pacientes los sangrados, pero, a pesar de que estos incidentes puedan resultar incómodos, es determinante no abandonar la anticoagulación”.

Los expertos recomiendan tomar la medicación siempre a la misma hora y tomárselo como una regla, poniendo incluso una alarma. “Es necesario también informar siempre al personal sanitario de que se está anticoagulado ante cualquier nuevo tratamiento o procedimiento. Evitar automedicarse y no hace experimentos con las dosis. No hacer cambios bruscos, no hacer deportes de riesgo, pero sí tener una vida activa y reconocer los signos de alarma”, concluye Cano.