Desalojo

Una pareja vive en un garaje por su inquiokupa: "Solo quiero que se vaya, tengo una depresión de campeonato"

Esta situación, que ya se alarga un año, se desató después de alquilar una de las habitaciones con fin turístico. No se atreven a vivir con él

María y Fulgencio viven en un garaje desde hace un año
María y Fulgencio viven en un garaje desde hace un añoLa Razón

Alquilar no siempre sale bien. Esa es la afirmación de muchos propietarios ante la desprotección respecto a los inquiokupas, que son aquellos inquilinos morosos que se niegan a abandonar el piso pese a haber finalizado el contrato o pese a no pagar nada. "Hay propietarios que decidieron alquilar pese a los riesgos y, en el primer mes, ya habían dejado de cobrar. No es un caso aislado, es la consecuencia directa del Real Decreto-ley 11/2020. Ya alquilan directamente con premeditación", afirmó Kathy a LA RAZÓN sobre el estallido de estos casos.

El impago muchas veces no se debe a la dificultad, sino a una estrategia. Los inquiokupas alquilan sabiendo que no van a pagar y su única misión es tener un contrato para complicar el desalojo. Esto lleva a los propietarios a situaciones límite como la de María y Fulgencio, revelada por Telecinco. El matrimonio lleva un año viviendo en su garaje después de que alquilaran una habitación con fin turístico en Booking a un individuo.

De tres días a un año

El hombre alquiló por tres días la habitación, pero se negó a marcharse. La tensión fue en aumento durante la convivencia: "Tienes el cuarto de baño hecho una porquería, lleno de agua cuando tienes una pila para poder lavar", le decía María. Tras un año, la situación es todavía más crítica: "Llevamos un año, ahora el 29 de septiembre, en unos días hace un año. Entró por Booking porque mi marido tenía un alojamiento turístico y, claro, entró y ya no se fue. Y es que está ahí, y es horrible vivir así todos los días y fui agredida, que tengo mi parte de lesiones".

Este temor obligó a María y Fulgencio a abandonar el piso y a instalarse en la cochera para no cruzarse con él. Incluso cuentan con un con una barra de metal en la puerta para bloquear el paso de su inquiokupa. También tienen incluso una cocina, cama y otros electrodomésticos en la cochera, que no cumple las condiciones mínimas de habitabilidad al no tener ni siquiera ventilación.

Una situación límite

María confiesa lo que le dice su inquiokupa pese a llevar un año totalmente gratis: "Él dice que no me ha agredido, que él ha venido pero que nos quiere pagar. Mientras tanto, ella ya está al límite: "Yo lo único que quiero es subirme a mi casa y vivir, no quiero que me dé dinero ni que me dé nada, es que se lo perdono todo lo que nos debe, solo quiero que se vaya. Solo queremos nuestra casa". La mujer, entre lágrimas, estalla: "Es horrible vivir así".

Incluso se olvida del dinero pese a ser una alta cantidad: "Al ser piso turístico la habitación son 1.200 al mes", revela. Sin embargo, solo ruega que se solucione todo por salud: "Que se pongan las pilas los servicios sociales y el ayuntamiento, que hagan lo que quieran, porque yo tengo una depresión de campeonato, es que no puedo más. Antes no podía dormir y ahora me tomo una pastilla y puedo dormir un poco, pero es que no puedo más".