Vivienda

La presión sobre los ‘caseros solidarios’: "La inmobiliaria me llama anualmente para que suba el alquiler"

Pese a que los precios se han incrementado en los últimos años, algunos propietarios mantienen los acordados previamente

Carteles de Se Alquila vivienda en Madrid
Carteles de 'Se Alquila' vivienda en MadridJesús G. FeriaLa Razón

"La situación real para el bolsillo de los españoles, una vez descontados impuestos y cotizaciones, es aún más precaria", señala el portavoz y director de estudios de pisos.com, Ferran Font. Los datos de su análisis muestran que los españoles están asfixiados por el alquiler ya que destinan más del 52% del salario al alquiler y casi un 20% a una habitación. Como él afirma, la situación es especialmente sangrante para los jóvenes que buscan alquilar: "Los jóvenes que se incorporan al mercado laboral con salarios inferiores se enfrentan a un porcentaje de esfuerzo mucho mayor".

Pese a los altos precios y el continuo ascenso, hay excepciones. Hay propietarios que simplemente quieren mantener su inmueble habitado y lo alquilan por un precio asequible, buscando cubrir unos gastos mínimos y no hacer el mayor negocio posible pese a que posiblemente también estaría en sus manos, sobre todo si la vivienda es de una gran ciudad donde la demanda suele ser muy alta. Lo que supone un alivio para los inquilinos, no siempre lo es para ellos.

Como revela María Fernández en una entrevista al medio '20 minutos', a veces reciben presiones. Ella alquiló la casa que había adquirido con su marido en el barrio madrileño de Pinar del Rey mediante una inmobiliaria. El objetivo de hacerlo con intermediación era claro: "Un poco por ahorrarte el trabajo". Años después sigue con el mismo inquilino, pero revela que ha recibido presiones para subir el precio acordado inicialmente.

La presión para subir el alquiler

Narra en el mencionado medio cómo acordó el precio del alquiler: "En aquel momento yo hablé con la inmobiliaria y para mí el valor del piso ya, pues así, considerando que estaba bien, era 600 euros al mes. Y la verdad que fue una sorpresa cuando fuimos a firmar el contrato que la inmobiliaria había negociado con él 650. Y desde entonces pues es la renta que está pagando". También su único y noble objetivo: "Yo estaba pagando una hipoteca y me parecía suficiente. No quería sacar ningún beneficio. Consideraba que era el esfuerzo que tenía que hacer cualquier familia, igual que lo hacía yo para pagar mi hipoteca".

Ella está conforme con el precio, el inquilino también, pero una tercera parte no lo estaba tanto y presionaba para cambiar la situación: "Me llamaba anualmente la agencia para saber si pensaba seguirles renovando, que ellos se ocupaban y que los precios habían subido. La última llamada fue el año pasado y me dijeron que si pensaba echarlo porque ellos me lo vendían, que había muchísima demanda; les dije que no quería que me volvieran a llamar".

En busca de una venta

El objetivo de la inmobiliaria al llamar no era otro que conseguir la venta del inmueble, pero es algo que ni siquiera se ha llegado a plantear María Fernández: "Nunca, nunca nos hemos planteado venderlo. Esto va a ser, si Dios quiere, herencia para mis hijos. Esa es mi visión de futuro, que sea para ellos. Que no se tengan que pelear ni con bancos, ni con esta especulación, ni con nada. Que lo disfruten ellos". Esta mujer de 62 años, que se mudó al quedarse la casa pequeña, solo quiere que sus hijos no tengan que sufrir lo que muchos jóvenes tienen que afrontar en la actualidad para poder llegar a emanciparse o ser propietarios.

La construcción sigue parada

La falta de disponibilidad sigue complicando el mercado inmobiliario en nuestro país. España sigue sin construir las viviendas que precisa y el desequilibrio entre oferta y demanda no mejora. Hasta el punto de que la demanda sigue quintuplicando a la oferta como ya ocurriera hace dos años, según los datos recopilados por Fotocasa en su "Radiografía del mercado de la vivienda en el primer semestre de 2025". El desequilibrio afecta tanto al mercado en propiedad como al del alquiler, aunque no de igual forma en todos los mercados.

"En el mercado de compraventa, la brecha entre oferta y demanda es muy acusada. Llevamos cuatro años con una demanda muy elevada que no encuentra respuesta en la oferta, lo que está generando una fuerte presión sobre los precios que suben a un ritmo del 15%. Esta misma dinámica se repite en el alquiler, donde la demanda ha crecido sustancialmente, mientras que la oferta sigue reduciéndose paulatinamente, lo que ha llevado a que la mayoría de comunidades hayan alcanzado máximos en el precio del arrendamiento durante algún momento de 2025, explica María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.