Educación
Prueba común de acceso a la universidad en 2026
Las universidades acuerdan una propuesta de PAU para el año que viene que armoniza estructura, criterios de corrección y enfoque competencial en 30 de las 35 materias que son objeto de examen
Las universidades españolas ya tienen una propuesta de Prueba de Acceso a la Universidad (que ahora tiene el nombre de PAU) común para el curso que viene, una idea sobre la que el PP hizo bandera política en materia de educación y una asignatura pendiente del sistema universitario.
Los 17 distritos universitarios ayer acordaron una prueba para 2026 que, de momento, alcanza
a 30 de las 35 asignaturas objeto
de examen, pero se da por descontado que se llegará a un acuerdo en las materias restantes antes de un año.
Aunque no es posible hacer un examen único para toda España, con las mismas preguntas para todo el alumnado, el acuerdo, en el que han participado más de 520 especialistas, tiene que ver con la estructura de los exámenes, las materias a examinar o los criterios de corrección, tal y como se expuso en las VII Jornadas CRUE sobre Acceso y Admisión celebradas en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense.
«Es lo más parecido a una PAU (antes EBAU) común, que es lo que siempre hemos buscado las universidades españolas y estamos muy cerca de encontrar, un acuerdo en todas las asignaturas», aseguraba María Antonia Peña, rectora de Huelva y presidenta de CRUE Asuntos Estudiantiles. Pero también quiso dejar claro que se trata de una propuesta impulsada por la Conferencia de Rectores, es decir, que «nace del propio sistema universitario» y en la que están representadas las universidades de todos los distritos.
Ahora, las diferentes comunidades autónomas tendrán que valorar la propuesta y adherirse o no.
Peña, no obstante, se mostró optimista con el hecho de que finalmente todas las autonomías den el visto bueno a la propuesta. «Creo que es sensata y, después de toda la literatura que tiene la PAU, si por primera vez hay sobre la mesa una propuesta independiente, técnica, que abarca todo el territorio nacional y que tiene como objetivo prioritario mejorar las condiciones de la prueba para el estudiantado, creo que difícilmente alguien podrá decir que no». También quiso dejar claro que «hemos trabajado desde 2024 con total independencia, al margen de las propuestas que pudieran llegarnos desde otras entidades o partidos».
Hasta ahora se han logrado armonizar 30 materias de las 35 que son evaluadas en la prueba. En dos, Biología e Italiano, hay una unificación parcial, mientras que en otras tres, como portugués o Técnicas de Expresión Gráfico-Plásticas, no se ha logrado consenso. Según Rosa de la Fuente, presidenta de la comisión que organiza la prueba en Madrid y vicerrectora de alumnos de la UCM, uno de los elementos clave en esta transformación es el concepto de competencialidad en la prueba, de tal manera que no se trate de un examen memorístico, sino que el alumno pueda demostrar lo aprendido. «Este año, el objetivo es mantener ese porcentaje mínimo del 20% de competencialidad, pero cada comisión de materia nos está dando instrucciones para orientar adecuadamente el diseño de las preguntas con ese enfoque. Queremos evitar diferencias significativas entre regiones que puedan generar desigualdades o incertidumbre».
Según De la Fuente «no vamos a tener un único modelo para todas las materias, porque cada una requiere una estructura distinta: no es lo mismo diseñar un examen de Historia que uno de Dibujo o de Lengua Extranjera. Por eso, buscamos una armonización basada en criterios comunes, no en la uniformidad absoluta».
En una reunión previa en Bilbao, ya se acordó que para la EBAU de 2025, ahora PAU, se aplicará en los exámenes un 20% mínimo de contenido competencial, optatividad intrabloques, criterios de corrección comunes y estructuras de exámenes más homogéneas. Ahora, la intención para 2026 es dar un paso más y conseguir modelos armonizados, de tal manera que «ofrezcan equivalencia real y seguridad al alumnado, sin que ello implique preguntas idénticas, pero sí criterios y niveles similares», detalló De la Fuente.
Para garantizar que todas las autonomías caminan en la misma dirección, la CRUE propone crear un Observatorio de materias PAU para hacer un seguimiento de cómo evalúan y corrigen las diferentes autonomías y de este modo acreditar que todo se ejecuta conforme a la hoja de ruta pactada.
De momento, los vicerrectores han apoyado que empiecen a redactarse los modelos de exámenes de 2026 para que pueda empezarse a trabajar en septiembre. El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades también ha mostrado su disposición a respaldar los acuerdos que se alcancen en torno al nuevo modelo de acceso a la universidad, siempre que la prueba sea justa y coherente en todo el territorio.