¿Por qué algunos meses registran un mayor número de nacimientos?

La ‘paradoja del cumpleaños’ establece que, si metemos a 23 personas en una habitación, hay algo más del 50% de probabilidades de que al menos dos de ellas cumplan años el mismo día. A primera vista puede parecer que el enunciado de la paradoja es erróneo, pero si tratamos de formular esta operación matemática nos daremos cuenta de que -en realidad- es bastante plausible. Y si aumentamos el número de personas hasta 57, entonces esta probabilidad alcanzaría el 99,666%.

Conviene aclarar que la paradoja del cumpleaños tiene en cuenta únicamente el número de días del año y el número de parejas posibles. Sin embargo, hay algo que también debería tenerse en cuenta y que suele pasar desapercibido: los nacimientos siguen un patrón. Aunque un año tiene 365 días, los cumpleaños no se reparten de forma uniforme en el calendario. En realidad, hay algunos meses donde nacen más niños que en otros… aunque no es algo uniforme:

De acuerdo con los datos compartidos por el Instituto Nacional de Estadística, en la década de los años 30 del siglo pasado, el mes en el que un mayor número de españoles cumplió años fue el mes de febrero; en la década de los 40 fue el mes de marzo; en los años 50 fue el mes de febrero otra vez; en los 60 pasó a ser el mes de septiembre; en los 70 y 80, el mes en el que más españoles cumplieron años fue de nuevo el mes de mayo.

Y en las últimas tres décadas, desde los años 90 hasta la actualidad, el mes de septiembre ha sido el campeón absoluto en lo que al número de nacimientos se refiere. De hecho, un estudio de la Universidad de Harvard que tomó datos de los nacimientos entre el año 1873 y 1999, estimó que el cumpleaños que más se repetía es el día 16 de septiembre. Es decir, que si cualquiera de las 23 personas que teníamos en la habitación cumpliese años este día, en realidad habría más posibilidades de que alguno de los presentes compartieses su cumpleaños. Pero, ¿Por qué ocurre esto?

¿Por qué hay más cumpleaños en septiembre?

Cabría pensar que esta distribución tan particular se debe -simplemente- a una casualidad estadística. Aunque muchos han sugerido también que quizás tenga que ver con los 9 meses que separa al mes de septiembre de las vacaciones de Navidad... y que, quizás, la culpa de todo esto la tenga el frío de diciembre, las vacaciones y los días enteros en el hogar, (...).

Sin embargo, hay otras explicaciones que podrían dar una respuesta un poco más científica a este fenómeno: de acuerdo con un estudio publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los cambios en la duración de la luz durante el mes de diciembre favorecen tanto la fertilidad de los óvulos como la calidad del esperma masculino, que es mejor durante estos meses de frío que durante el verano.

Aunque quizás todo apunte a una cuestión más psicológica que biológica o anatómica. El final del año está asociado -en el imaginario colectivo- al inicio de nuevos ciclos vitales. Es una llamada a reinventarse. Esto, sumado al desahogo de las vacaciones y a la alegría que traen las reuniones con nuestros seres queridos, puede generar en muchas personas el “apetito” por agrandar la familia. Esta es una hipótesis que viene corroborada, además, por un aumento inusitado en la afluencia a las clínicas de fertilidad durante el mes de diciembre.

¿Y cuál es el cumpleaños menos común?

La respuesta a esta pregunta tiene truco, porque la fecha menos común para los nacimientos es el 29 de febrero. Pero quizás es una respuesta demasiado obvia, porque esto sólo puede ocurrir en los años bisiestos, es decir, cada cuatro años. Obviando esta fecha, se estima que las fechas menos populares para nacer son el 24 de diciembre, en vísperas de la Navidad, y el día 31, en vísperas del Año Nuevo. Los especialistas sugieren que estos dos días la natalidad es un 15% menor que la media de los días.