¿Por qué es obligatorio subir y bajar las ventanillas del avión durante el despegue y el aterrizaje?

La aviación es una de las creaciones más destacadas que ha producido el ingenio humano en algún momento de la historia de nuestra especie. La posibilidad de realizar en unas horas un viaje que antes solo podía hacerse en meses ha abierto infinitas posibilidades para el progreso de la humanidad. Esto es aún más cierto cuando hablamos del proceso de democratización que ha sufrido la tecnología aeronáutica en las últimas décadas y que ha hecho que sea cada vez más y más accesible.

Hace tan sólo unos años, esta tecnología era un lujo reservado únicamente a las clases más adineradas y a los ejecutivos de unas pocas empresas. Sin embargo, la competencia feroz a la que las aerolíneas han tenido que someterse para quedarse con su “pedazo del pastel” ha llevado a una constante reducción en los precios de los boletos, lo que ha permitido que incluso las personas con ingresos más bajos en la mayoría de los países puedan permitirse viajar a cualquier parte del mundo en cuestión de horas. Y además, pueden hacerlo con total seguridad.

La confianza en que todo saldrá bien es tan alta que cada año millones de personas están dispuestas a subirse a una aeronave de unas 200 o 300 toneladas de peso, que alcanzará una velocidad de unos 850 o 950 kilómetros por hora y ascenderá a una altitud de entre 10 y 12 mil metros. Ahora bien, en el improbable caso de que todo vaya mal y que se estropeen al mismo tiempo todos los motores del avión, que fallen de golpe todos los sistemas de seguridad, y que el avión se precipite irremediablemente contra el suelo, debemos seguir las recomendaciones y normas de seguridad que nos transmiten al comienzo de cada vuelo los tripulantes de cabina… incluso cuando esas normas parecen un poco absurdas.

El mejor ejemplo de una de estas reglas para la seguridad durante el vuelo y que suena un poco a chiste es la de mantener levantadas las ventanillas durante el despegue y durante el aterrizaje. Las azafatas (y los azafatos) nos lo recuerdan cada vez que el avión está en la pista de despegue y se nos ha pasado por alto. Y cuando ocurre, a todo el mundo se le suelen pasar las mismas preguntas por la cabeza: ¿Qué sentido tiene?,¿el piloto va a venir hasta aquí para mirar por la ventanilla y asegurarse de que puede girar a la derecha sin chocar con otro avión?, etc.

¿Por qué es importante subir la ventanilla?

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y la Organización de Aviación Civil Internacional siempre recomiendan mantener las ventanillas abiertas durante el despegue y el aterrizaje. Y las aerolíneas suelen aplicar la norma a rajatabla, tanto de día como de noche… aunque tengamos la cabeza apoyada en la ventanilla y estemos intentando echar una cabezada.

Aunque este pueda parecer algo banal, lo cierto es que existe una razón de peso: se realiza para que las personas que viajan cerca de las alas o los motores puedan observar claramente estas partes del avión. Así, si hubiera algún tipo de incidencia mecánica o algo anormal como humo, fuego o desprendimientos de piezas, podrían darse cuenta rápidamente y avisar al equipo de cabina para que se siguiesen los protocolos de seguridad.