
El ambiente en el Vaticano
San Pedro contiene el aliento y Roma espera humo blanco
Curiosos, turistas y religiosos comienzan a llenar el Vaticano: «Estamos comprobando en internet las horas de las fumatas», dicen dos estudiantes norteamericanos

A pocas horas para que arranque el cónclave, hay una voz que se repite constantemente cuando se pregunta a los transeúntes que caminan por Roma: ¿Quién cree que será el próximo Papa? o ¿A quién le gustaría que eligiesen como Santo Padre? La respuesta de muchos: «Será el Espíritu Santo quien lo elija».
Hay muy pocos que expresan claramente sus deseos sobre a quién les gustaría que eligiesen como Santo Padre, como sí lo hace Marcos, que sigue siendo el conserje de la casa donde vivía el Papa Benedicto XVI cuando era cardenal, en una plaza al lado de San Pedro. Cuando falleció, me contó lo cercano y lo cariñoso que era Ratzinger, todo lo contrario a lo que la gente opinaba del Papa alemán. Recordaba que, cuando salió de su casa esa mañana del 19 de abril de 2005 para votar en el cónclave, le aseguró que no quería por nada del mundo convertirse en Pontífice.
Ahora, Marcos lo tiene claro. Opina que debería ser elegido un italiano, y afina más apostando por el cardenal Pietro Parolín con argumentos claros: «Parolín conoce muy bien lo que pasa en el extranjero y sabe de qué va todo esto». Y añade: «También se habla del cardenal Pizzaballa, pero más de Parolín porque ha hecho un gran trabajo, conoce bien los problemas del Vaticano». Nos cuenta también que vivirá con pena no poder salir de su conserjería para ver la fumata blanca.
Dos estudiantes norteamericanos de la Universidad John Cabot de Roma, Luc Valentino y José María Montalvo, ambos de 21 años y católicos, se encuentran en Roma estudiando este semestre. Encarnan la felicidad andante porque, como ellos dicen, lo que les ha tocado vivir es «wow».
Están muy contentos de haber podido estudiar durante el año jubilar y vivir toda esta experiencia: «Nos vamos la semana que viene, pero estar en el cónclave será la última gran experiencia. También pudimos vivir el funeral del Papa Francisco. Estamos buscando en internet porque, al parecer, hay ciertas horas en las que saldrá la fumata», dicen.
Sobre si han estudiado quiénes pueden ser los candidatos a Papa, aseguran: «Sí, claro que hemos estado mirando quiénes son los cardenales más papables». ¿Y quiénes de ellos les parecen que tienen más posibilidades de ser el próximo Papa? La respuesta de José María: «Lo que Dios decida. Creemos que la Iglesia tiene el Papa que necesita en el momento justo. Es una cuestión del Espíritu Santo».
Comentan que sí conocen a algunos de los cardenales norteamericanos, «como el cardenal Raymond Burke, o el cardenal Tagle, o Prevost, o Peter Turkson, pero el ideal va a ser quien Dios quiera, el ideal para este momento que está viviendo la Iglesia. Dios tiene los planes y Él decide. Al final, no es tan política la decisión, sino que será lo que la Iglesia necesita. Alguien que nos indique un camino claro y que nos diga qué tenemos que hacer para que la Iglesia siga siendo Santa».
Sobre el legado de Francisco, apuntan que les encantó: «Era un grande. Devolvió la simplicidad y cercanía a la Iglesia. Nos recordó que la Iglesia es para los más necesitados, que hay que ayudar al prójimo y que, al final, la relación con Dios es eso. También la relación con el medio ambiente».
Dos sacerdotes mexicanos, Andrés Villarreal, de Monterrey, y Manuel Diez, de Veracruz, pertenecientes a los Legionarios de Cristo, trabajan en Guadalajara, en el estado de Jalisco. Llegaron a Roma después de la muerte del Papa, en un viaje ya programado junto con otros hermanos. Tristes porque no podrán quedarse al cónclave, dicen: «No nos da el presupuesto para cambiar los billetes de avión. El día que empieza el cónclave nos tenemos que ir».
Sobre su candidato a Papa, afirman: «El nombre no lo sé, pero lo que sí hay que pedirle al Espíritu Santo es que los cardenales que votarán tengan mucha apertura a lo que Dios Nuestro Señor les diga y marque en su corazón. En segundo lugar, hay que tomar en cuenta los tiempos de hoy, para que el hombre que sea elegido pueda afrontar los tiempos actuales». Ambos fueron ordenados sacerdotes hace unos años en la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma.
Por su parte, Jorge Cáceres, Carmen de Cáceres, Antonio Carrera y Brenda Hernández son guatemaltecos y llegaron el domingo 4 de abril a Roma. Se marcharán hoy por la mañana, porque desde enero tenían cerrados los billetes: «Nuestra idea era venir a la audiencia con el Papa Francisco, pero ahora hemos venido a San Pedro a pedir por el nuevo Papa».
Dicen que no han pensado en uno en concreto, pero sí que quisieran que «por favor volviera a ser un latino»: «Queremos que sea un hispanoamericano, un italiano no, porque la sensibilidad y la acogida de los latinos es más cálida. En Latinoamérica hay más humildad».
Además, dicen que «será el Espíritu Santo quien lo elija, porque con Juan Pablo II nadie lo esperaba y con Francisco tampoco».

El padre español trinitario Antonio Aurelio, sevillano, vicario general de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, atiende a LA RAZÓN y especifica que esta orden tiene una característica con el papado: «La Orden Trinitaria, junto con otras pocas, por motu proprio forma parte de la Familia Papal o la Capilla Papal. Es un grupo muy cercano a los cardenales y a los obispos, entre otros, desde hace varios siglos».
Sobre los posibles papables, opina: «No creo que sea conveniente empezar a dar nombres como si fuera una quiniela para ver si acertamos o no. La Iglesia, y especialmente los cardenales actuales, basan su voto sobre nombres específicos. Los encuentros que se están llevando a cabo en estos días son para conocer las necesidades del mundo y de la Iglesia y, a partir de allí, ver qué persona puede desarrollar esta función de una forma más factible y positiva».
Los cardenales en estos momentos recuerdan lo que significa ser Papa, cuya primera característica es ser puente, ser Pontífice. Su palabra lo dice, porque viene de la palabra «puente»: el Papa es el puente de la humanidad, el que representa a Jesús en la comunidad de la Iglesia y presenta a Dios las necesidades, los problemas y las fragilidades de la humanidad. Ese es el primer objetivo de un Papa. No es el seguir a otro. Si los cardenales buscasen a uno que siguiese a Francisco, estaríamos completamente perdidos, porque dentro de la Iglesia hay una continuidad, pero esa continuidad no la dan los Papas, esa continuidad la da el mensaje, a través del Espíritu, que es el que va enmarcando los tiempos en la Iglesia.
Eso es lo que los cardenales en este momento están buscando: encontrar a esa persona que sea el mejor puente entre Dios y los hombres, y entre los hombres y Dios.
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