Jardinería

Si tienes un plástico con pompitas, tienes un tesoro: los jardineros saben sacarle el máximo partido

Gracias a sus propiedades aislantes, el plástico de burbujas es muy efectivo para conservar el calor y minimizar los cambios bruscos de temperatura

Si tienes un plástico con pompitas, tienes un tesoro: los jardineros saben sacarle el máximo partido
Si tienes un plástico con pompitas, tienes un tesoro: los jardineros saben sacarle el máximo partido istock

Lo que para muchos es solo un material de embalaje, para los jardineros puede convertirse en un auténtico aliado. El plástico de burbujas, comúnmente utilizado para proteger productos frágiles, tiene un uso sorprendente en huertos y jardines, especialmente en épocas de frío o condiciones climáticas adversas.

Aunque muchas personas lo desechan tras recibir un paquete, otros se entretienen explotando sus cápsulas de aire como forma de relajación. Sin embargo, esta no es la opción más inteligente: este material es una herramienta fundamental en jardinería para proteger cultivos y plantas.

Gracias a sus propiedades aislantes, el plástico de burbujas es muy efectivo para conservar el calor y minimizar los cambios bruscos de temperatura. Las cápsulas de aire actúan como barrera térmica entre el exterior y la planta, ayudando a resguardarlas durante el invierno. Es una solución económica y eficiente que ya se utiliza en numerosos huertos e invernaderos para combatir heladas, vientos intensos, pérdida de humedad y otras amenazas.

La Real Sociedad de Horticultura, institución británica fundada en 1804, ha destacado que los invernaderos pueden aislarse eficazmente con este material, algo especialmente útil en países con inviernos rigurosos como el Reino Unido o Alemania. También la empresa canadiense Planta Greenhouses, especializada en invernaderos, respalda este uso y señala varios beneficios:

  • Aislamiento térmico: mantiene el calor dentro del invernadero y protege del frío exterior.
  • Bajo costo: el plástico de burbujas es barato y permite ahorrar en calefacción.
  • Transparencia: deja pasar la luz solar necesaria para el crecimiento, sin riesgo de quemaduras por rayos directos.
  • Facilidad de uso: se puede cortar y colocar fácilmente con cinta adhesiva o grapas.
  • Sostenibilidad: puede reutilizarse durante varias temporadas, reduciendo residuos.

Incluso el plástico de burbujas estándar, utilizado en embalajes, puede ser útil en jardinería, aunque existe una versión especializada para usos agrícolas, con burbujas más grandes y protección contra los rayos UV.

Además de en invernaderos, este material también puede utilizarse directamente en los huertos. Al cubrir las plantas, ayuda a reducir la evaporación del agua, algo muy valioso durante los meses calurosos o en épocas de sequía. También proporciona protección contra fenómenos climáticos extremos como granizo, lluvias intensas o viento fuerte, y es ideal para envolver tallos débiles o ramas jóvenes.