Opinión
Tres estrategias vacunales frente al nuevo brote viral
El aumento de casos del virus Marburgo en los últimos años ha impulsado el desarrollo de al menos tres estrategias vacunales
El reciente brote en Guinea Ecuatorial del filovirus Marburgo, de la misma familia que el virus del Ébola ha puesto de nuevo en la agenda de los sistemas de salud disponer de herramientas terapéuticas y profilácticas para contener brotes virales.
A pesar de ser un virus cuyos brotes han sido controlados rápidamente, el aumento de brotes en los últimos años ha impulsado el desarrollo de al menos tres estrategias vacunales. Dos de ellas usan vectores adenovirales, como las lideradas por Janssen Pharmaceuticals, que usa un vector basado en adenovirus 26 (Ad26), y la del Sabin Vaccine Institute, que usa un adenovirus de chimpancé (cAd3). La tercera estrategia, liderada por International Aids Vaccine Initiative (IAVI) y Auro Vaccines, usa el virus estomatítico vesicular (VSV). Esta estrategia se ha usado previamente para la generación de vacunas frente al virus Ébola. Las dos primeras estrategias han sido testadas en fases de ensayo clínico I, mientras que la estrategia de VSV no ha llegado aún a fase de ensayo clínico.
Todos estas estrategias vacunales mencionadas buscan la glicoproteína de la superficie del virus Marburg, denominada GP. La inoculación de estas vacunas persigue que el cuerpo produzca anticuerpos frente a la proteína GP, y prevenir la entrada del virus en nuestras células y de esa forma evitar la infección. Además, estas vacunas generarían una inmunidad celular que lograría destruir las células que se puedan infectar para que el virus no se replique en ellas.
Por resumirlo, sería reproducir la estrategia que se ha usado frente al SARS-CoV-2, que buscaba inducir inmunidad frente a la proteína S, cambiando en el caso la proteína S por la proteína GP de Marburgo.
No existen antivirales específicos frente este virus que se puedan utilizar en estos momentos en personas. Tratamientos experimentales en animales de laboratorio han mostrado la posibilidad de utilizar la inmunización pasiva, inoculando anticuerpos frente a la proteína GP y el antiviral remdesivir para contener la replicación del virus durante los primeros días de infección.
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