El buen salvaje

Hilillos

Si la cosa aprieta, que me temo que sí, veremos a Yolanda Díaz recogiendo plásticos, en lugar de planchar

La oposición quiere ponerse las botas de mariscar votos o de coger percebes de los que se agarran bien a las urnas. Ansían convertir Galicia en otros «hilillos de plastilina», como en tiempos del Prestige. Qué grande Rajoy como portavoz del Gobierno. Año 2002. Rajoy hacía gracia cuando Carlos Mota todavía estaba en Cruz y Raya. El decreto ómnibus, que suena a bomba de Oppenheimmer, no deja fluir del todo la mala leche de los pellets, pero todo se andará, que aún queda para las elecciones y los dichosos microplásticos tienen pinta de quedarse a vivir una temporada, como un pelo de perro en un jersey de lana.

Nada está escrito, te vaticinan una mayoría absoluta y llega un barco cargado de unas cosas rarísimas que nadie sabe para lo que sirven y te los encuentras abriendo los informativos. Solo falta que aparezca Greta Thunberg por Finisterre anunciando que, efectivamente, allí se acaba el mundo. Y vaya que si se acaba. No tenía otra cosa que hacer el candidato que soltar esos hilillos por las costas de Coruña.

Si la cosa aprieta, que me temo que sí, veremos a Yolanda Díaz recogiendo plásticos, en lugar de planchar, porque hay que ser ecologista con perspectiva de género, y al presidente del Gobierno darse una vuelta para que vean lo guay que puede llegar a ser una persona que se preocupa por el medio ambiente. La propia Reina Sofía es muy de recoger basura en las playas que es cuando la Corona se mete en harina de freír.

De desconocer su existencia a ser experto en pellets solo hay una tertulia. Aparecen ya eruditos en la materia que incluso se atreven a contradecir al ministro de Agricultura sobre si es peligroso para la salud. Lo mejor de todo es caer en la cuenta, de nuevo, de que una desgracia puede ser tomada como un regalo caído del cielo. Qué le importarán al alcalde de Vigo los microplásticos con la contaminación lumínica de la que tanto presume. El Señor está en todos sitios. Hasta en los hilillos de plastilina. Que os mande al infierno a recoger el plástico que habéis malgastado en la vida.