
Bloques tecnológicos
Alex Karp, CEO de Palantir, expone su visión acerca de la diferencia entre Estados Unidos y Europa que encumbra a los primeros en cuestiones tecnológicas: la clave está en la meritocracia
En su experiencia profesional en suelo europeo el máximo dirigente de la empresa tecnológica estadounidense detectó que los procesos de selecciona europeos no responden a preparación o talento
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Cuando se habla de carrera tecnológica o de avances significativos y que abren la brecha entre bloques el pensamiento siempre se dirige a dos direcciones: por un lado, Estados Unidos y, por el otro, China. Se trata de una división que se ha consolidado en los últimos años y que tiene a los propios avances y la sede de las compañías que los conquistan como razón de ser.
El papel de Europa, como han analizado expertos como Gustavo de Arístegui, puede ser el de mero invitado de excepción a una fiesta en la que la voz cantante tiene acento americano y asiático. Pese a que el Viejo Continente y sus instituciones trabajan por asentar unas bases regulatorias sobre las que cimentar lo demás, lo cierto es que falta un paso adelante que no acaba de llegar.
Una situación que, si atendemos a las recientes palabras de Alex Karp, director ejecutivo de Palantir, compañía estadounidense de software y servicios privada, especializada en análisis de big data, pueden tener una explicación en el modo de contratación que se sigue en las compañías europeas a la hora de abrir procesos de selección de personal.
La meritocracia no se lleva en Europa, según Alex Karp
Karp, cuya compañía tiene grandes vínculos empresariales con agencias federales de los Estados Unidos, participó el pasado 11 de noviembre en el programa de entrevistas “Sourcery” de la periodista Molly O’Shea, a quien invitó a las oficinas centrales de Palantir, para desgranar su visión sobre la inteligencia artificial y la base moral de la tecnología en la era de este nuevo referente tecnológico.
Durante su recorrido y charla, el dirigente de Palantir señaló que esa idea de recompensar a quienes invertían su esfuerzo y contaban con un talento superior, relativamente reciente en Estados Unidos según él, todavía no se promueve en Europa, donde Karp tuvo experiencias profesionales en el pasado.
En sus años en territorio europeo, señalaba Karp que había tomado partido en procesos de selección que no seguían esa línea lógica de contratar al más preparado: “La meritocracia es algo que no valoramos lo suficiente, incluso ahora en Europa. Participé en la contratación de un instituto en el que trabajaba y uno de los mayores problemas era que siempre pensaba: ‘Claro que tenemos que contratar a la mejor persona’. Así no funcionan en Alemania ni en Noruega; nunca se contrata a la mejor persona”, puso de manifiesto el empresario estadounidense.
Una idea que, desde su posición de colaborador con entidades gubernamentales estadounidenses, confrontó con la política actual que se sigue, según el CEO de Palantir, en Estados Unidos: “Así que, en nuestras instituciones, como las de élite, abrazamos la meritocracia, abrazamos el bien común y luchamos y morimos por ello”.
Una idea sumamente patriótica y que a buen seguro tiene como razón de ser un ideario personal fundado, pero ante el que resulta imposible no pensar en cierto punto de querer agradar a la mano que le da de comer a buena parte de sus proyectos. Sea como fuere, lo cierto es que esa carrera tecnológica está servida y que son varios los motivos que hacen que Europa, a día de hoy, vea a una distancia razonable a los representantes asiáticos y americanos, líderes destacados e indiscutibles.
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