
Polémicas
Elon Musk, completamente devastado: "Ser atacado sin descanso no es divertido"
Al multimillonario fundador de SpaceX y Tesla parecen preocuparle las iras que levantan sus pasos, aunque no duda a la hora de alimentar cuantas polémicas se cruzan en su camino

Dentro de las personalidades que habitan el universo tecnológico, las hay que destacan por su liderazgo y capacidad visionaria, otros que lo hacen por sus reflexiones profundas y quienes lo hacen desde una posición de alerta, como si se tratara de vigías cuya misión es tratar de avisar ante los potenciales peligros que pueden asomar tras los avances en que se trabaja en la actualidad.
Desde hace unos años hay un nuevo grupo, que, surgido del conocimiento (o más bien del control) de las redes sociales y plataformas de contenidos aprovechan cada situación para generar controversia y polémica. Esto no está reñido con una capacidad intelectual incuestionable, pero lo cierto es que puede llegar a opacarla, aunque en un mundo polarizado como el actual, también sirve para crecer en popularidad.
Elon Musk y la comodidad del conflicto
Al pensar en ese perfil resulta imposible no asociarlo, casi de manera instantánea, con Elon Musk. El magnate canadiense de origen sudafricano disfruta desde su perfil en la red social ‘X’ alimentando cada polémica que se cruza en su camino. La última le ha llevado a crear su propia versión de una enciclopedia en línea a la que ha bautizado como Grokipedia, en clara alusión a la Wikipedia. Lo ha hecho sin importar que, tal como se ha visto, buena parte del contenido sea un plagio de la plataforma original.
Ese tipo de comportamientos han llevado a Elon Musk a una posición en la que no deja a nadie indiferente: o se le admira o se le ve como un tirano. Algo que se ha visto acentuado a lo largo de este último año por su papel y las decisiones en materia de recortes que ha tomado desde el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) dentro de la administración del gobierno de Donald Trump, que han tenido repercusión en otras de sus firmas como Tesla.
Que cada acto tiene su consecuencia lo ha vivido Elon Musk en sus propias carnes, y se ha dado cuenta de que una actitud beligerante lleva a una respuesta que compromete el bienestar de uno, tal como reconoció el pasado mes de mayo en una entrevista de la que se hizo eco Axios: "Ser atacado sin descanso no es muy divertido. Ver coches en llamas no es muy divertido", comentó el multimillonario tras los actos vandálicos que se produjeron en varios concesionarios de Tesla.
Demasiados frentes abiertos como para vivir en paz
Pese a aquella reflexión, la actitud de Elon Musk no ha variado un ápice. Su convencimiento a la hora de llevar a cabo las decisiones exigidas en materia de recortes y despidos de empleados públicos era pleno y perseveró en su camino hasta que renunció a su cargo como director del departamento y éste fue disuelto. Medidas impopulares que, no obstante, Musk ejecutó con la frialdad de una máquina.
El historial de conflictos que acompaña la hoja de ruta de Elon Musk es tan extenso que cuesta interpretar si aquellas palabras acerca de la incomodidad de ser objeto recurrente de ataques son sinceras o se trata tan solo de una muestra más del poder de provocación que atesora el empresario.
Lo cierto es que, si uno accede a su perfil personal de ‘X’, no tiene que desplazarse mucho para encontrar una nueva campaña iniciada por Musk para dar origen a un nuevo conflicto: luchas contra Apple por la posición de su inteligencia artificial Grok en la tienda de aplicaciones de los de Cupertino, con OpenAI por su cambio de rumbo para dejar de ser una organización sin fines lucrativos, discusiones y posteriores acercamientos con Donald Trump y con ingenieros y desarrolladores de inteligencia artificial están a la orden del día, con lo que la pregunta es ¿Seguro que Elon Musk no se divierte con los ataques?
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