Robótica
Elon Musk, dueño de SpaceX y Tesla, reconoce los tres retos a los que se enfrenta el desarrollo de humanoides: "Hay tres aspectos que dificultan enormemente la robótica"
Pese a las demoras sufridas en el proyecto de su robot Optimus, el magnate y máximo dirigente de Tesla considera que solo su compañía tiene el potencial de salvar todas las pruebas hasta contar con un robot humanoide pleno
La evolución se dirige a un punto en el que los asistentes con figura humana tengan un espacio en las tareas cotidianas. Se trata de uno de los mayores desafíos que encaran las compañías tecnológicas centradas en robótica e inteligencia artificial y, aunque existen ejemplares que ya pueden reservarse como Neo, de la empresa estadounidense 1X, lo cierto es que su autonomía y agilidad todavía no es la que querría la industria.
Tal es la complejidad de un desarrollo fiel a cuanto pueden hacer los humanos, que, pese al nutrido grupo de compañías que trabajan en los robots humanoides, protagonistas del sector como el magnate Elon Musk considera que el dominio de dicho ámbito será algo limitado a las compañías chinas y, por supuesto, a Tesla, la fuente principal de su riqueza.
En el caso del fabricante estadounidense de automóviles eléctricos, así como de componentes para instalaciones solares fotovoltaicas y baterías domésticas, su proyecto en materia de robótica, Optimus, ha tenido que hacer frente a reducciones de producción y retrasos en su desarrollo al toparse con algunos aspectos complejos de solventar con la perfección a la que aspira siempre Elon Musk.
La complejidad del diseño del brazo humano
De hecho, es algo que el propio Musk, dueño de Tesla, expuso en la Junta General de Accionistas que la compañía celebró el pasado 6 de noviembre. En ella, el hombre más rico del mundo no dudó en explicar cuáles son los tres aspectos más complejos a la hora de culminar con éxito el camino hacia un robot humanoide lo más cercano posible a la figura que lo inspira: el ser humano.
Para empezar, Elon Musk destacó que la estructura y capacidad de movimientos que confieren a las personas la mano y el antebrazo es algo sumamente complejo de recrear: “Hay tres aspectos que dificultan enormemente la robótica. Uno es el diseño del antebrazo y la mano, ya que la mano humana es algo increíble. Es sumamente diestra”, explicó Musk ante los accionistas.
El empresario sudafricano-canadiense, de 54 años, no eludió la cuestión de que haya compañías llevando a cabo demostraciones, aunque a su modo de ver ninguna ha solventado ni el problema de la agilidad del brazo humano ni los otros dos que señaló, para los que considera que solo Tesla tiene el potencial necesario para afrontarlos:
“Diseñar la mano a la perfección, la IA aplicada al mundo real y la producción en masa. Generalmente, otras empresas carecen de uno o más de estos elementos. Tesla es la única que los posee todos”
Una apuesta decidida de Elon Musk por la carta de Tesla en el mundo de la robótica, su modelo Optimus. Con compañías orientales como Xpeng mostrando de manera reciente las capacidades de su creación más avanzada, Iron, el dueño de SpaceX y de Tesla no duda del potencial de su proyecto y de las herramientas con las que cuentan para superar a la competencia. Y aunque lo hiciera, la Junta General de Accionistas no sería el lugar para reconocerlo.