Elon Musk X
Elon Musk está eliminando a sus rivales: "No hables de libertad de expresión si haces cosas como esta"
Las constantes polémicas en que se ve envuelto el dueño de X hacen que sea foco de intercambio de opiniones en los que parece estar haciendo uso de su posición para minimizar el eco de sus críticos
Cuando en 2022 Elon Musk se hizo con la red social X (antes Twitter) una de las motivaciones que apuntaba para su compra era buscar un espacio en el que los usuarios no tuvieran miedo a la censura y pudieran expresarse libremente.
Es curioso que ahora sea la propia red social quien reste visibilidad y opciones de expresión a determinadas cuentas, en especial aquellas que en algún momento se han mostrado críticas con las posiciones adoptadas por el magnate tecnológico. Y es que las cancelaciones parecen ser un arma más dentro del arsenal de Musk, cuya empatía ha desgranado Walter Isaacson en una biografía que sigue dando de qué hablar.
X resta visiblidad a los críticos con Elon Musk
Al menos en esa dirección apunta la investigación realizada por el periódico estadounidense The New York Times. En ella, el popular diario señala la caída en cuanto a visibilidad que han sufrido varias cuentas tras haber realizado manifestaciones contrarias al apoyo de Elon Musk a un programa de inmigración que permitiera el ingreso de trabajadores extranjeros cualificados a los Estados Unidos.
Entre las primeras voces que alertaron de la hipocresía de Musk ante estas medidas está la de Ari Cohn, asesor principal de políticas tecnológicas de la Fundación para los Derechos Individuales y la Expresión: “Esto va en contra del tipo de entorno que él decía querer construir. No se queden aquí, escudándose en la Primera Enmienda y la libertad de expresión, para luego hacer cosas así”, señalaba Cohn al diario estadounidense.
"No se queden aquí, escudándose en la Primera Enmienda y la libertad de expresión, para luego hacer cosas así”
El origen de esa crítica al dueño de X está en los supuestos baneos en la sombra que han sufrido algunas cuentas en esa misma red social. Tal como indicamos, The New York Times apunta concretamente a cuentas que tras confrontar ideas con algunas exposiciones de Musk vieron cómo el número de visualizaciones e interacciones de sus publicaciones caía en picado.
Curiosamente todas ellas eran cuentas vinculadas con la extrema derecha, que vieron en la postura de Elon Musk a favor de la llegada a Estados Unidos de trabajadores extranjeros cualificados una traición por parte del multimillonario, y así lo hicieron público en su red social e incluso interactuando de forma directa con el dueño de X.
Tres ejemplos de minimización de visualizaciones en X
La primera de las cuentas que denunció esa pérdida de visibilidad fue la de Anastasia Maria Loupis, quien con más de un millón de seguidores apenas supera las diez mil visualizaciones en sus publicaciones y que apuntó a The New York Times lo ilógico y obvio y que resulta el castigo encubierto de Musk: “Si lo hiciera con cuentas pequeñas, nadie se daría cuenta, pero cuando empieza a hacerlo con personas influyentes muy, muy grandes con millones de seguidores, todo el mundo lo nota", apuntó Loupis.
En la misma línea está el caso de la activista Laura Loomer, que en diciembre intercambió opiniones con Musk para ver luego cómo caía el retorno que recibía de los participantes en X: "Creo que es un error decir que es una plataforma de libertad de expresión y luego bloquear la posibilidad de que la gente la monetice", señalaba Loomer.
El tercero de los usuarios que denunció esa estrategia de minimizar la visibilidad de sus publicaciones fue Owen Shroyer, quien no culpó directamente a Elon Musk pero sí apuntó a la coincidencia de sus críticas al plan de visados con el hecho de que sus seguidores dejaran de ver sus publicaciones: “Mi teoría es que alguien está manipulando el alcance, basándose en prejuicios personales, políticos o temáticos”, destacó Shroyer.
Con todo ello parece claro que Elon Musk no termina de llevar muy bien las opiniones contrarias a sus posturas y el abuso de poder que puede ejecutar como dueño de una red social tiene ya varios testimonios. La bandera de la libertad de expresión ondea a media asta en X desde hace mucho tiempo y uno de sus enemigos es quien debería ser su defensor.