Inteligencia Artificial

Geoffrey Hinton, padrino de la IA, se retracta sobre la destrucción de la humanidad por la IA: "Creo que hay esperanza de que podamos convivir con algo más inteligente que nosotros"

Ante escenarios que ponían a los seres humano en una situación de riesgo por el avance tecnológico, Hinton parece haber dado con una alternativa de seguridad y pervivencia

Geoffrey Hinton, uno de los máximos exponentes en el campo de la inteligencia artificial
Geoffrey Hinton, uno de los máximos exponentes en el campo de la inteligencia artificialReuters

Existe una tendencia general por parte del ser humano a analizar cuanto le rodea. Lo que ocurre es que, en ocasiones, se hace tan solo la mitad del trabajo: se encuentra aquello que parece no funcionar, que puede fallar, donde tal vez esté el riesgo, pero se habla poco de la solución necesaria para no llegar a ese punto fatídico.

En un escenario en el que juzgar el trabajo de los demás está a la orden del día, se agradece que a un apunte sobre una materia que requiere de una atención y dedicación le acompañe una reflexión que se enfoque en la que puede ser la alternativa o la solución. O, al menos, el punto de partida para buscarla.

Algo así debió de pensar el científico británico Geoffrey Hinton, experto en investigación de uso de redes neuronales para aprendizaje de máquina, memoria, percepción y procesamiento de símbolos y considerado uno de los padrinos de la inteligencia artificial por su labor junto a Yoshua Bengio y Yann LeCun.

Anticiparse a la llegada de la superinteligencia

Para Hinton, existe un riesgo evidente en la evolución de la IA y en ese objetivo común llamado Inteligencia Artificial General o Superinteligencia, razón que le ha llevado a firmar junto a otros expertos una carta solicitando una pausa en su desarrollo hasta confirmar que no supone un riesgo para la humanidad. Sin embargo, Hinton sí ha ido más allá en su reflexión y ofrece una alternativa con la que “luchar” frente a ese temor: dotar a la IA de un sentido maternal con respecto a los humanos.

Así lo expuso el Premio Nobel de Física de 2024, quien logró tan elevado reconocimiento junto a John Hopfield por sus descubrimientos e invenciones fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales. Hinton participó a finales de agosto en el espacio Next Question, que dirige y presenta la periodista Katie Couric.

Durante su diálogo, el que fuera trabajador de Google hasta mediados de 2023, se mostró ligeramente más optimista que en entrevistas previas acerca de las posibilidades de que los humanos sobrevivan ante algo que, por primera vez en la historia, los supere en inteligencia: “Creo que hay una manera en que podemos coexistir con cosas que son más inteligentes y más poderosas que nosotros mismos porque las estamos construyendo y haciéndolas muy inteligentes”, remarcó.

A raíz de ello, Geoffrey Hinton señaló que para preservar el control sobre la inteligencia artificial y evitar sus riesgos ahora que se está cerca de equiparar su inteligencia a la humana, lo fundamental es dotarla de un sentimiento: “Debemos replantear por completo el problema de cómo coexistimos con ellos. Pensar en términos de que tenemos que diseñarlos para que sean nuestras madres y querrán lo mejor para nosotros, nos querrán”.

Instinto maternal para garantizar su protección

Con esa reflexión, Hinton pone sobre la mesa la posibilidad de dotar a la inteligencia artificial con un sentimiento maternal hacia los humanos que sea el salvoconducto ideal para preservar a la humanidad, incluso ante una inteligencia artificial capaz de reescribir su propio código o de plantearse la posibilidad de desactivar ese instinto maternal.

La razón, desde el punto de vista de Hinton, es que ninguna madre haría nunca daño a un hijo: “La mayoría de las madres dirían que no, porque se darían cuenta de que, si lo hicieran, su bebé moriría y no quieren que su bebé muera, así que creo que es un rayo de esperanza que no había visto hasta hace muy poco”, apuntó el experto británico en inteligencia artificial.

De este modo, Geoffrey Hinton ofrece una alternativa a un problema latente y expuesto por un número importante de especialistas: los riesgos del exceso de capacidades de la inteligencia artificial. La solución resulta impactante, pues supone asumir la superioridad de la IA y adoptar el papel de seres más pequeños ante ella, pero con la relativa seguridad de que si ve a los humanos como sus propios hijos eso llevará a una protección innata como la que tienen la mayoría de madres.