Espacio

El planeta imposible que está volviendo locos a los científicos: "No existen precedentes"

El universo alberga misterios que desentrañar y en los que la comunidad científica continúa realizando una labor que da frutos opuestos a lo establecido hasta el momento

Descubierto planeta con una órbita que gira en sentido contrario al de su estrella
El cosmos sigue siendo una fuente inagotable de descubrimientos para la comunidad científicaPexels

Para la comunidad científica no hay mayor desafío que trabajar sobre lo desconocido. El hecho de obtener un indicio que nadie había logrado y profundizar en él hasta confirmar las sospechas iniciales genera tanta satisfacción como asombro en los investigadores ajenos en primera instancia al descubrimiento, algo de lo que sabe mucho el veterano de la NASA Richard Stanton.

Obtener un resultado que parecía imposible y ofrecerlo con todo detalle. Eso es lo que está sucediendo desde el pasado 21 de mayo, fecha en que vio la luz en la publicación especializada Nature el estudio dirigido por el profesor Ho Wan Cheng de la Universidad de Hong Kong. En el trabajo de campo han participado investigadores y astrónomos de Japón y Alemania, que han hallado un planeta retrógrado en un sistema binario estrecho con una enana blanca, algo no detectado hasta la fecha.

¿Puede haber un planeta orbitando en sentido opuesto al de su estrella?

Lo novedoso del estudio y de lo que descubre está en el hecho de que se haya confirmado la existencia de un planeta con una órbita que gira en sentido contrario al de su estrella (de ahí la denominación de retrógrado) en un sistema binario compuesto por una estrella similar al Sol, del que recientemente descubrimos su verdadero color, y una enana blanca.

Los principales estudios abordados hasta la fecha señalan la complejidad de dar con un planeta en el que la estabilidad se mantuviera toda vez que contara con la influencia de dos estrellas y, por los datos que arroja el estudio del profesor Cheng, estas condiciones sí se dan en el sistema ʋ Octantis (pronunciado Nu Octantis) a pesar de la cercanía de ambos astros con respecto al planeta, fijada en 2,6 unidades astronómicas, equivalentes a 390 millones de kilómetros luz.

Esas condiciones, a priori incompatibles con la existencia de un planeta, fueron refutadas por las mediciones de velocidad radial y observaciones con óptica avanzadas hechas por el equipo investigador, que ha podido de ese modo confirmar la presencia de un planeta orbitando en sentido contrario al de la que sería su estrella anfitriona en comparación con la enana blanca.

Esta característica convierte al planeta en motivo de fascinación dentro de la comunidad científica puesto que supone cambiar conceptos que se creían plenamente establecidos, tal como reconoció el profesor Man Hoi Lee, de la Universidad de Hong Kong y parte del equipo investigador, a la publicación especializada IFLScience: “La existencia de este planeta ha sido controvertida, porque no había precedentes observacionales y esperamos que los planetas se formen en órbita prograda si se forman al mismo tiempo que las estrellas”.

Así pues, la ciencia no cesa en su capacidad de descubrimiento y de ruptura de paradigmas que se consideraban firmes. Tal vez ese sea el punto clave de la investigación y de cuanto nos rodea: desconfiar de todo lo que se conoce para acabar sabiendo todo lo que sea posible.