
Coches eléctricos
Problemas para el negocio de coches de Xiaomi: demandas, problemas de calidad y críticas de los compradores
A Xiaomi se le acumulan los problemas, hasta tal punto que su CEO asegura haber pasado uno de los peores meses desde que fundó la compañía

Parece que la aventura de Xiaomi en el mundo de los coches eléctricos, aunque empezó con mucho ruido y expectación, se está encontrando con más baches de los esperados. Justo cuando su modelo insignia, el SU7 Ultra, ya lleva unos pocos meses rodando por las calles (de China, claro), a la compañía le han comenzado a salir un buen puñado de quebraderos de cabeza que van desde clientes cabreados hasta dudas sobre la calidad de fabricación.
Uno de los líos más sonados últimamente tiene que ver con un extra del Xiaomi SU7 Ultra: un capó de fibra de carbono opcional. Los consumidores pagaron un buen pico por él, unos cuantos miles de euros, ya que la marca lo vendía con unos conductos de aire que, supuestamente, ayudaban a refrigerar y mejoraban la aerodinámica al estilo de un coche de carreras.
Pero resulta que varios dueños y gente que ha podido probar a fondo el nuevo modelo de referencia de la marca, se han dado cuenta de que esos conductos son más bien decorativos, y que apenas meten aire ni hacen gran cosa.
¿El resultado? La cosa se ha puesto fea, con cientos de propietarios pidiendo que les devuelvan el dinero y montando grupos para ir a juicio. Dicen que Xiaomi no fue clara, y la compensación que les han ofrecido, unos puntos para gastar en la tienda, no les parece suficiente ni de lejos.

Por si eso fuera poco, Xiaomi ha recibido otro jarro de agua fría en forma de un informe de calidad. Según un ranking chino que mide la calidad de los coches basándose en las quejas de los dueños, el Xiaomi SU7 ha quedado el último en su categoría (berlinas eléctricas grandes) en los primeros meses de 2025. Esto, básicamente, significa que ha acumulado más "puntos negativos" por problemas y quejas que sus rivales. Un toque de atención serio, aunque sus ventas sigan yendo bien.
Y la tensión es tal que hasta el jefe de la compañía, Lei Jun, el CEO de Xiaomi, ha reconocido públicamente que no lo está pasando bien. Hace poco dijo que el último mes ha sido el más complicado desde que fundó Xiaomi, admitiendo que ha estado agotado por todos los problemas que han surgido con el coche.
Entre el cabreo de quienes decidieron comprar el famoso capó, los datos que señalan posibles problemas de calidad y el estrés que esto está generando hasta en la cúpula, el aterrizaje de Xiaomi en el mundo del motor está siendo de todo menos suave. Eso, por no hablar de la polémica actualización de software que reducía la potencia del SU7 Ultra.
Ahora, la marca tiene por delante el reto de ganarse la confianza de la gente en un mercado especialmente complicado, sobre todo si su objetivo es el de asaltar otras regiones del mundo más allá de su país de origen.
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