Baterías
El Parlamento Europeo quiere regular el ciclo de vida de las baterías
La nueva legislación fue aprobada la semana pasada y se espera entre en vigor en breve
El conflicto entre Ucrania y Rusia afecta a cada vez más sectores y el último de ellos tiene que ver con una transición hacia fuentes de energía limpia, especialmente debido a la disponibilidad de recursos rusos. De hecho la UE señala que el uso de baterías de litio se disparará y recientemente el Parlamento Europeo aprobó una ley que regulará todo el ciclo de vida de la batería, permitiendo un proceso de gestión de residuos más respetuoso con el clima.
La legislación, vinculada a la realización del Pacto Verde de la UE, el Plan de Acción de Economía Circular y la Nueva Estrategia Industrial fue aprobada con 584 votos, 67 en contra y 40 abstenciones.
El borrador de la propuesta se acordó por primera vez en el Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI), el 10 de febrero de 2022. El acuerdo es fundamental teniendo en cuenta que usaremos 700 veces más baterías de litio entre 2020 y 2040. Pero el aumento no es el único factor y nos enfrentamos a un problema con numerosas aristas. Por ahora, las baterías de iones de litio son uno de los tipos más populares de baterías recargables en uso, ya que proporcionan más energía que otros tipos y son más eficaces para mantener la carga. El problema es que su vida útil no es muy larga: experimentan un deterioro significativo en los primeros años. Cinco años de uso extensivo pueden dejar una batería al 70%-90% de su capacidad original. Al mismo tiempo, las baterías de iones de litio siguen siendo un medio costoso de energía, con el estándar de la industria rondando los $ 137 por kilovatio-hora (kWh) en 2020.
Luego está el tema del suministro de los minerales y la producción de las propias baterías. Por ejemplo, Chile, Argentina y Bolivia, conocidos como el “Triángulo de litio”, tienen el 75% del suministro mundial de litio en sus tierras. El proceso de extracción lleva entre 12 y 18 meses, pero conlleva mucho trabajo de minería extenso y la contaminación que generan en ríos y suelos ha sido denunciada a menudo. En lo que a fabricación respecta, China produce actualmente el 79 % de las baterías del mundo. Y tanto Europa como Estados Unidos buscan no ser tan dependientes del gigante asiático.
A esto se une la preocupación por el medio ambiente. La generación mundial de desechos electrónicos alcanzó un récord de 53,6 millones de toneladas métricas en 2019 lo que representa un aumento del 21% en solo cinco años. En otras palabras: generamos, por persona, más de 7 kilos de desechos electrónicos. A nivel europeo el promedio de baterías que se reciclan es del 51%, en España, en particular, el porcentaje es del 45%.
La industria detrás de las baterías, resalta el Parlamento Europeo, también debe cumplir plenamente con las obligaciones de derechos humanos, especialmente en lo que respecta al abastecimiento, procesamiento y comercialización de materias primas, concentradas en un puñado de países. La legislación sobre regulación de baterías obligaría a las cadenas de suministro y a los gobiernos a llevar a cabo su debida diligencia antes de comprometerse. También reconocen que siempre existe el riesgo de que se produzca explotación laboral en una región con exportaciones de tan alto valor, especialmente cuando esa misma exportación se utiliza en todo el mundo en todos los dispositivos electrónicos.
Para Simona Bonafè, ponente del Paquete de Economía Circular de la UE, “la huella de carbono máxima, el contenido mínimo de material reciclado, los estándares de rendimiento, la durabilidad y la removibilidad son los principales requisitos de sostenibilidad, introducidos por primera vez para las baterías, que deben aspirar a convertirse en un punto de referencia para todo el mercado global y debe aplicarse a cualquier tipo de batería vendida en el mercado europeo, incluidas las importadas de países no pertenecientes a la UE.”
El objetivo es que en 2024, las baterías portátiles que se encuentran en los teléfonos estén diseñadas para que se puedan quitar fácilmente, lo que permitiría a los consumidores y las cadenas de suministro deshacerse de ellos de una manera más respetuosa con el medio ambiente, en lugar de enviar un smartphone completo a un vertedero.
En cuanto el futuro, puede que las baterías de ion-litio tengan sus días contados. La empresa Grabat, por ejemplo, ha desarrollado baterías de grafeno que podrían ofrecer a los coches eléctricos una autonomía de hasta 800 km con una sola carga. La ventaja añadida es que se pueden cargar por completo en solo unos minutos y la composición de las mismas no generaría tanta contaminación ni dependencia.
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