Una visita al museo que viaja al pasado montado en la tecnología

Los museos, las casas de las musas, no solo deben actuar como registro del pasado, sino también como inspiración para el futuro, como indica su etimología. Ithra, en la ciudad de Dhahran (Arabia Saudí) cumple con ambas condiciones: usa la tecnología para viajar al pasado e inspirara las futuras generaciones. ¿Cómo lo consigue? Con realidad virtual, aumentada, gamificación de los espacios

Ya desde el exterior, el edificio llama la atención. Diseñado por Edmund Happold (responsable de iconos como la Opera House de Sidney, el Centro Pompidou de París, el pabellón central del Museo Británico o el Millenium Dome, estos últimos en Londres) es una estructura rodeada de tubos de acero cuya longitud total es la misma que la distancia de Dhahran a la capital del país, Riyadh: 420 km. La mayor dificultad fue utilizar acero en un entorno en el que este podía calentarse debido a las temperaturas de la región y elevar la temperatura del edificio. Para ello utilizaron tubos huecos que permiten que el aire cálido circule y reduce las temperaturas interiores. A esto habría que sumarle una biblioteca, que ocupa el área central y cuenta con casi 250.000 libros. Pero lo interesante sucede en el interior.

El museo Ithra celebra periódicamente concursos para sus próximas exhibiciones. Los ganadores no solo desarrollan la tecnología para la muestra seleccionada, también se aprovecha para escuelas, académicos y centros de investigación. Un ejemplo es el proyecto desarrollado en el museo por la artista Naima Karim y bautizada La llegada de la lluvia. Se trata de un pabellón en el que el sonido recrea el sonido de las gotas sobre distintas superficies y en diferentes lugares: Bangladesh con su monzón, la mismísima Arabia Saudí, con sus lluvias del desierto y Holanda, con lluvias frías. Pero también hay olores propios de cada región y sensores que disparan aire frío o cálido, para hacernos creer que nos está cayendo el monzón por ejemplo.

También es posible vivir el museo desde otro sitio: la gamificación o el juego. La idea inspirada en el popular juego Beat Saber y concebida por Nouf AlSughier, es aprovecharse del teléfono móvil para encontrar objetos secretos, solo visibles a través de realidad aumentada. Se recorrer el museo buscando tesoros e intercambiando información en tiempo real con otros visitantes. Esta puesta en escena busca implementar la gamificación, no solo en museos y galerías, también en estadios deportivos y hasta en aeropuertos.

El museo también recurre a la realidad virtual en la muestra Historia de la Ciencia, concebida por Abdullah Al-Arfaj y asesorada nada menos que por Simon Benson, director de Tecnologías Inmersivas en Sony (vamos, el responsable de la Realidad Virtual en la Play Station). En la muestra se viaje a través de un ascensor virtual a través de toda la historia de la física del Universo y el vértigo es uno de sus ingredientes principales.

La realidad virtual (y el asesoramiento de Benson) también está presente en la muestra Wamdah: un viaje virtual a través del tiempo y el espacio en Arabia Saudí. El argumento se basa en un hombre que busca a su hermano, perdido en los años 1970 y viaja en el tiempo hasta la década de 2040 para experimentar el futuro.

Ithra, que significa “enriquecimiento”, fue fundada por Saudi Aramco en 2018 como el principal centro del país para estimular la creatividad. De acuerdo con Benson, que cuenta con más de 50 patentes tecnológicas, las iniciativas tecnológicas de Ithra “buscan facilitar la creación de prototipos de ideas para lanzar negocios o aplicar sus trabajos creativos a la industria, el entretenimiento o la educación”.

El acierto de este museo es que no solo utiliza la tecnología para sus propias muestras sino que las hace disponibles para otras instituciones y proyectos con el objetivo de incrementar la audiencia cumpliendo con la premisa de una “casa de musas”: inspirar.