Armas
El Ejército de EE. UU. reemplazará los M2 Bradley con un vehículo de combate de infantería híbrido
Las cinco compañías que han propuesto diseños para el sucesor del emblemático vehículo de combate de infantería han optado por este tipo de motor
El vehículo de combate de infantería M2 Bradley es uno de los más emblemáticos del Ejército de Estados Unidos. En producción desde 1981, es conocido por su potencia de fuego y alta maniobrabilidad y ha tenido varias versiones desde entonces. Sin embargo, cuatro décadas son muchas para cualquier vehículo y ahora Estados Unidos se plantea reemplazarlo por un nuevo vehículo de combate de infantería que, con toda probabilidad, será híbrido, lo que podría convertirlo en el primer vehículo de combate de este tipo.
Dadas las dificultades de los vehículos con motores eléctricos para ganarse al consumidor, más allá de las leyes que empujan paso a paso a su adopción, puede sorprender que el Ejército estadounidense considere el uso de este tipo de motor en el campo de batalla. Sin embargo, tiene buenos motivos para ello. Un vehículo militar equipado con un motor eléctrico o híbrido funciona más silenciosamente y emite menos calor que un motor de combustión, lo que ayuda a ocultarlos de los sensores de satélites, aviones y misiles.
Stephen DuMont, presidente de GM Defense, la subsidiaria de productos militares de General Motors, ha señalado al medio DefenseOne que un vehículo de combate híbrido “tiene una firma IR realmente baja. No hay ningún motor caliente. No hay tubo de escape caliente. No hay capucha caliente. Esas son las cosas que tienden a darte contraste cuando estás apuntando” afirma el ex piloto de helicópteros Apache con experiencia en detectar objetivos usando infrarrojos.
En el campo de batalla, las ventajas que ofrece un motor eléctrico o híbrido son innegables, razón por la que el Ejército de Estados Unidos tiene un plan climático que contempla la progresiva adopción de vehículos con motores primero híbridos y más adelante solo eléctricos, aunque para estos últimos la fecha fijada, aún lejana, es 2050. Un motor híbrido puede llegar a ofrecer lo mejor de dos mundos, eléctrico y de combustión, pero el motor solo eléctrico lo tiene mucho más difícil. Obviamente, en una operación militar los soldados no pueden sentarse a esperar varias horas a que el vehículo recargue su batería y esté operativo de nuevo. El despliegue de vehículos híbridos está previsto, de acuerdo con el plan climático, para 2035.
Por el momento, es el M2 Bradley el que será sustituido por un nuevo vehículo de combate de infantería híbrido. En 2019, el Ejército de Estados Unidos abrió una convocatoria para reemplazar al M2 Bradley, pero solo recibió una propuesta por parte de GDSL para la fecha límite establecida. Decidió reformular la convocatoria y diseño un plan de cinco fases para este contrato.
La primera fase es la que ahora está en curso y abierta a la recepción de diseños iniciales. Cinco compañías están participando y todas proponen vehículos híbridos. Las compañías son Point Blank Enterprises, Oshkosh Defense, BAE Systems, General Dynamics Land Systems y American Rheinmetall Vehicles.
En la siguiente fase, que termina con el año fiscal 2024, se propondrán diseños detallados de los que se elegirán tres de los presentados por los contratistas. Para el año fiscal 2025 se iniciará la fase de prototipado, en 2027 la compañía elegida comenzará la fabricación de los primeros vehículos y para el año fiscal 2030 el diseño final deberá estar en plena producción.
El general Glenn Dean, oficial ejecutivo del programa de Ground Combat Systems , señaló a DefenseOne que “este es un cambio importante para nosotros. Cada empresa ha adoptado un enfoque diferente sobre cómo lograr el híbrido eléctrico. Así que es realmente emocionante que tengamos una amplia gama de enfoques basados en el riesgo”.
Pese a que todas las propuestas sean con motores híbridos, éste no es un requisito establecido por el Ejército. “Lo que hemos especificado para los requisitos gira en torno a cosas como la eficiencia del combustible, la vigilancia silenciosa y otros requisitos operativos para el vehículo que realmente se prestan a una solución eléctrica híbrida” explicó al medio el general Geoff Norman, director del Equipo interfuncional de vehículos de combate de próxima generación del Ejército.
El Ejército sí ha especificado que necesita reducir la huella logística del vehículo y capacidades de vigilancia y movilidad silenciosas para evitar la detección en el campo de batalla enemigo. El reemplazo del M2 Bradley pesará entre 40 y 50 toneladas y debe incorporar al menos un cañón de 30 mm, aunque el objetivo es que sea de 50 mm, así como misiles guiados anti tanquey ametralladoras. Según explicó el general Glenn Dean a DefenseNews, deberá acomodar a dos pilotos y seis soldados de infantería y utilizar una arquitectura modular que permita actualizaciones rápidas. El objetivo de adoptar vehículos híbridos es lograr una mayor supervivencia, aumentar la letalidad y disponer de más energía en el vehículo para la posible incorporación de sistemas de láseres de alta energía.
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