Trucos
Cómo saber los FPS de un videojuego con las opciones nativas de Windows
Desde Windows 10, el sistema operativo de Microsoft muestra esta información sin necesidad de recurrir a software de terceros
Una de las eternas luchas de los aficionados a los videojuegos en PC es por la tasa de imágenes de segundo. Al contrario de lo que sucedía en las videoconsolas hasta la penúltima generación (Xbox One / PS4), en las que el hardware era cerrado, las múltiples configuraciones de CPU/GPU/memoria y almacenamiento que pueden darse en ordenadores arrojan experiencias de juego muy dispares dependiendo del equipo y el título que esté ejecutándose. Y aquí es donde se vuelve importante conocer exactamente el número de FPS (frames per second o fotogramas por segundo) que se consigue.
Tradicionalmente, los usuarios de PC han empleado aplicaciones como Fraps o MSI Burner para conocer esta información y saber cuantos frames ganaban o perdían con cada opción gráfica que modifican en la configuración de un juego: cambiar la resolución, la calidad de las texturas o múltiples parámetros gráficos más que ofrecen la mayoría de videojuegos en PC y permiten ajustar el rendimiento.
Cada tipo de juego tiene unos mínimos aceptables. Si no es un título que implique movimientos muy rápidos, 30 FPS, que durante generaciones ha sido el más habitual en las videoconsolas que aprovechaban al máximos los recursos de los que disponían en cada generación. Para juegos competitivos como un Counter-Strike, Call of Duty o League of Legends no conviene bajar de 60 e, idealmente, alcanzar los 120.
Un usuario de PC que no llegue a esos números también puede modificar la configuración de su equipo con una nueva tarjeta gráfica, procesador o más memoria RAM para aumentar el rendimiento. Los resultados se miden en el número de imágenes por segundo que se alcanzan.
Además de las opciones mencionadas, otras que es probable que el usuario tenga a mano son el software que acompaña a las tarjetas gráficas de Nvidia (GeForce Experiencie) o AMD (Radeon Software). Plataformas tan populares como Steam también permiten habilitar los FPS mientras se juega.
Pero si no se quiere instalar nada extra, aunque el software del proveedor de la GPU suele ser recomendable, los usuarios de Windows pueden recurrir a la Xbox Game Bar. Integrada tanto con Windows 10 como 11, da acceso a un conjunto de herramientas para mejorar la experiencia de juego. Estas incluyen captura de pantalla y grabación de vídeo, streaming, acceso a amigos y mensajes a través de Xbox Live y otras plataformas de mensajería, chat de voz y texto, widgets y monitor del rendimiento.
Es este último módulo, el de rendimiento, el que proporciona la información de imágenes por segundo cuando se ejecuta un videojuego. Para acceder a la Xbox Game Bar tan solo hay que pulsar la combinación de teclas Windows + G para que se superponga sobre la imagen en pantalla. Por defecto, mostrará varios módulos o recuadros flotantes con los apartados mencionados que pueden arrastrarse y situarse en cualquier parte de la pantalla o cerrar haciendo clic en la X, como cualquier ventana en Windows.
El panel de rendimiento muestra el consumo de CPU, GPU, VRAM, RAM que está realizando el equipo en cualquier momento y, cuando se está ejecutando un juego, también los FPS. Puedes consultarlo ocasionalmente con la combinación de teclas mencionadas o dejarlo superpuesto durante el juego si quieres conocer, además de las imágenes por segundo, cuántos recursos del equipo consume. Para retirarlo de la pantalla, tan solo hay que pulsar en la tecla ESC.
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