Astrobiología

Este es el plan de la NASA si 3I/ATLAS no es un meteorito

“La detección confirmada de inteligencia extraterrestre debe difundirse de forma rápida, abierta y amplia a través de canales científicos y medios de comunicación públicos”, sostiene la agencia espacial.

Imagen del cometa 3I/ATLAS tomada por el telescopio espacial James Webb
Imagen del cometa 3I/ATLAS tomada por el telescopio espacial James WebbJames Webb Space TelescopeJames Webb Space Telescope

Durante semanas, el visitante interestelar 3I/ATLAS ha capturado la atención del mundo. Su trayectoria poco común, su brillo cambiante y su origen más allá del Sol lo han convertido en el protagonista de especulaciones que rozan la ciencia ficción. Pero detrás del revuelo mediático existe una pregunta seria: ¿y si descubrimos que 3I/ATLAS no es solo un objeto inerte, sino algo más significativo?

La respuesta es clara: la NASA sí tiene un plan, o más bien, una serie de protocolos diseñados para diferentes escenarios.

Si una misión detectara vida —aunque sea microscópica o extinguida— en un objeto, planeta o luna, la NASA ya está preparada. Esa preparación está liderada por su Office of Planetary Protection, cuya misión es “promover y asegurar la exploración científica del sistema solar, protegiendo los ambientes planetarios y la Tierra” según su web oficial.

Los pasos clave en este escenario serían:

  1. Verificación rigurosa: ningún hallazgo se anunciaría sin una revisión detallada bajo múltiples líneas de evidencia.
  2. Muestras seguras: si se devolverá material a la Tierra, sería almacenado en instalaciones de máxima seguridad biológica.
  3. Comunicación científica clara: los resultados se publicarían en revistas revisadas por pares y se impartiría una rueda de prensa oficial, cuidando del rigor y evitando el sensacionalismo.

Tal como queda expresado en la normativa de la NASA: “Todo material de origen extraterrestre será tratado como potencialmente biológicamente activo hasta que se demuestre lo contrario”. En resumen: la NASA no solo busca vida, sino que actúa con la máxima cautela para proteger lo que ya conocemos.

Un escenario menos probable, pero de mayor impacto, sería detectar una firma bioquímica o tecnológica inequívoca en un planeta distante o en un objeto como 3I/ATLAS. En ese caso, los protocolos superan lo nacional y pasan al ámbito global.

El Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI) ha establecido una “Declaración de principios sobre las actividades posteriores a la detección de inteligencia extraterrestre”. En ella se establece que, ante una señal confirmada, hay tres pasos: verificar el hallazgo (en varias instituciones), informar (a la International Astronomical Union (IAU) y a la United Nations Office for Outer Space Affairs (UNOOSA) y no enviar una respuesta sin consulta internacional previa.

De hecho, una de sus cláusulas indica: “La detección confirmada de inteligencia extraterrestre debe difundirse de forma rápida, abierta y amplia a través de canales científicos y medios de comunicación públicos”.

Por tanto, si 3I/ATLAS presentara indicios tecnológicos, el anuncio no sería solo de la NASA: sería coordinado globalmente, en medios científicos y en la prensa.

Finalmente, tenemos un último escenario, quizás el más esperado. Pero también el menos probable: un contacto directo. Si, por ejemplo, apareciera una nave alienígena sobrevolando la Tierra o un objeto con comportamiento claramente artificial, el escenario cambia. Aquí no hay un documento público específico que lo regule, porque la gestión caería en manos de gobiernos, fuerzas armadas y diplomacia de alto nivel. La NASA actuaría como asesora científica, pero no como autoridad decisoria.

El principio clave que sostiene la NASA es que: “No anunciaremos un descubrimiento hasta que estemos absolutamente seguros, y luego lo compartiremos con el mundo”.

Volviendo al ejemplo de 3I/ATLAS: aunque algunos titulares especulan con comportamientos “inteligentes”, los científicos insisten en que todas las anomalías tienen primero, explicaciones físicas plausibles (sublimación, orientación del objeto, efectos solares). Pero el punto clave es que existen protocolos reales, operados por la NASA y la comunidad internacional, para cuando lo aparentemente imposible deje de serlo.

El hallazgo de 3I/ATLAS —o de un objeto similar— ya no sería un experimento sin guion. La humanidad cuenta, al menos en papel, con un manual de actuación estructurado para enfrentarlo. Lo que la NASA ha construido no es un plan singular, se trata más bien de una cultura de responsabilidad, transparencia y cooperación internacional. Desde la Oficina de Protección Planetaria hasta los principios del SETI, pasando por el papel de la ONU: todas las piezas del engranaje están listas.

Porque el día en que una molécula, una señal o una partícula nos diga que no estamos solos… ese descubrimiento no pertenecerá solo a una agencia ni a un país. Pertenecerá a la humanidad.