Tecnología militar
Usan los cables sumergidos de internet para detectar submarinos
Se trata de una tecnología conocida como DAS y se aprovecha de los millones de kilómetros de cable que cubren los océanos del planeta.
Pese a todos los satélites y las antenas que recorren y orbitan el planeta, prácticamente el 97% de los humanos, según datos de la Agencia Europea de Ciberseguridad, dependemos de los cables submarinos para su dosis diaria de internet. Pero a partir de ahora, estos mismos cables podrían tener otro propósito: detección de submarinos.
Los cables submarinos de fibra óptica, que se extienden a lo largo de más de 1,2 millones de kilómetros por el lecho marino, se están utilizando de una forma innovadora en la guerra antisubmarina gracias a una tecnología llamada Detección Acústica Distribuida (DAS).
Originalmente diseñados para comunicaciones, estos cables están ahora adaptados para actuar como gigantescos conjuntos de sonares pasivos capaces de detectar, clasificar y rastrear submarinos, buques de superficie y otras actividades submarinas a través de las rutas marítimas.
El concepto, que en un principio era teórico, está evolucionando rápidamente hacia aplicaciones de defensa en el mundo real. La técnica DAS funciona utilizando cables de fibra óptica estándar como largas cadenas de sensores acústicos. Cuando se envía un láser pulsado a través del cable, diminutas señales retrodispersadas varían en función de las vibraciones o la tensión causada por las ondas sonoras cercanas. En pocas palabras, rebotan en estas estructuras e indican su presencia, su dirección y hasta su tamaño.
Al analizar estos patrones, algoritmos avanzados pueden detectar y localizar sonidos submarinos, como motores de submarinos, hélices de barcos o actividad sísmica.
La tecnología convierte eficazmente los cables de telecomunicaciones existentes en un sistema de monitoreo continuo, distribuido y en tiempo real, capaz de escuchar el océano a miles de kilómetros, a una fracción del costo de los sistemas de sonar tradicionales o las redes de hidrófonos.
En los últimos años, diferentes estudios han confirmado que DAS puede detectar y rastrear buques y submarinos en entornos de aguas profundas y poco profundas, cotejando las lecturas acústicas con los datos GPS o AIS de los buques mediante inteligencia artificial.
Esto ha hecho que Estados Unidos, el Reino Unido, Australia y varios países europeoshayan lanzado programas para integrar el DAS en sus marcos de conocimiento del dominio marítimo.
Obviamente, no son los únicos países interesados: China y Rusia también están explorando las capacidades de DAS. Con una de las redes de cable regionales más densas, es probable que China esté probando DAS para misiones de vigilancia y antimanipulación.
Pero, ¿cómo funciona exactamente la tecnología DAS? Los cables de fibra óptica utilizan un sensor llamado interrogador que envía pulsos de luz láser a través del cable. La luz interactúa con imperfecciones microscópicas en la fibra, provocando su dispersión hacia el interrogador.
Cuando la energía acústica de un submarino cercano ejerce presión sobre el cable, altera, de forma muy sutil pero medible, la intensidad de la luz retrodispersada. Es entonces cuando el sensor (el mencionado interrogador) recibe la luz retrodispersada y analiza los cambios en sus propiedades.
Mediante algoritmos e inteligencia artificial, estos patrones pueden interpretarse y localizar la fuente del sonido. La tecnología es rentable, ya que se aprovecha de una red existente, proporciona un flujo de datos constante y en tiempo real, lo que permite detectar incluso la actividad submarina más sutil.
Más allá del uso militar, la tecnología también se utiliza para detectar otras amenazas, como la manipulación de cables, y para monitorear fenómenos naturales como terremotos. Es lógico que el sistema genere enormes volúmenes de datos, lo que requiere un procesamiento avanzado de IA para filtrar señales útiles y descartar las que no interesan.
Pero el mayor problema es quién lo usará. El 99% de los cables pertenecen a grandes empresas (Google, Microsoft) y el resto tiene inversiones de algunos gobiernos. Por lo tanto, decidir quién utiliza los sensores y en qué cables, es todavía más complejo que el desarrollo de la propia tecnología.