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Shakespeare, Poncio Pilatos y otras referencias en “Las escalofriantes aventuras de Sabrina”

La serie original de Netflix, estrenada en otoño de 2018, contiene numerosos guiños tanto hacia la mitología pagana como a otras cuestiones de la cultura popular

"Las escalofriantes aventuras de Sabrina"
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Las tres temporadas de “Las escalofriantes aventuras de Sabrina” transportan a los espectadores a un periodo atemporal, que bien podría aludir a la época actual como al pasado siglo, ya que no termina de dar detalles claros respecto al tiempo real en el que se desarrolla la trama. Tanto Greendale, el pueblo ficticio en el que vive Sabrina, como la Academia de las Artes Oscuras, situada en el mundo de las brujas, cuentan con una escenografía dotada de un halo de misterio y terror.

La ficción está basada en el cómic homónimo de 2014, creado por Roberto Aguirre-Sacasa e inspirado en el personaje de Sabrina que aparece en la serie de cómics “Afterlife with Archie”. La historia la protagonizan Sabrina Spellman (Kiernan Shipka), sus tías Hilda (Lucy Davis) y Zelda (Miranda Otto), su primo Ambrose (Chance Perdomo) y sus amigos mortales Roz (Jaz Sinclair), Hearvy (Ross Lynch) y Theo (Lachland Watson). Pero, además, a medida que avanza la trama, aparecen diversos personajes del mundo de la Iglesia de la Noche, y algunos de ellos adquieren bastante importancia.

La tercera temporada, estrenada el pasado 24 de enero, está repleta de referencias a mitologías paganas y, como viene siendo habitual, al cristianismo. La llegada a Greendale de una feria ambulante no es otra cosa que la tapadera que usa una antigua tribu de brujos paganos para infiltrarse en el pueblo y llevar a cabo su misión: resucitar una vieja y peligrosa deidad. Entre los paganos se encuentra la gorgona Medusa, el monstruo con forma de mujer de la mitología griega que transforma en piedra a todo aquel que la mire a los ojos. En la serie no dudará en utilizar sus poderes contra aquellos que tratan de impedir que la tribu consiga su objetivo. Otra de las componentes de este peligroso clan es Circe, una hechicera capaz de convertir en animales a sus enemigos, también de origen heleno, que será la responsable de la horrible transformación que sufrirá Hilda Spellman.

Por si no era suficiente, el grupo está liderado por el semidiós Pan, venerado sobre todo en la región griega de Arcadia, era el patrón de los rebaños y también simbolizaba la fertilidad y sexualidad masculina. Los romanos lo identificaban como un fauno, representación que utiliza la serie en varias ocasiones para su personaje. Pan cuenta con el poder de volver loco a quien lo mire y escuche su canción, como le sucede al personaje de Agatha. Además, entre los nómadas se encuentra Robin, un duende sacado de la comedia “Sueño de una noche de verano”, de William Shakespeare.

Personajes bíblicos

Por otro lado, la trama se centra en la carrera hacia el Trono del Infierno que disputan Sabrina y Calibán, el príncipe del Infierno. Calibán es un nuevo personaje, interpretado por el actor Sam Corlett, basado en la figura homónima que aparece en otra de obra de Shakespeare, “La Tempestad”. El reto que enfrenta a los dos aspirantes por la Corona Infernal consiste en encontrar las “Tres Reliquias Impías”: la corona del Rey Herodes, el cuenco de Poncio Pilatos y las monedas de plata de Judas. Estos tres personajes son de origen bíblico. El primero de ellos, Herodes, reinaba entre los judíos cuando nació Jesucristo. Sintiéndose amenazado por los rumores que llegaban de que había nacido un bebé que sería el rey de los judíos, decidió asesinar a todos los recién nacidos de Belén. En la serie aparece representado como un monstruo que yace apegado a su corona y que despierta al notar su falta, con el objetivo de acabar con aquel que osó robársela.

El siguiente personaje es Poncio Pilatos. Cuando Jesucristo fue condenado a morir crucificado él era el gobernador romano de Judea. Es considerado el último responsable de la muerte de Cristo ya que, en lugar de intervenir ante la decisión popular, decidió desentenderse del asunto “lavándose las manos”. Ahí está el origen del famoso cuenco que la protagonista busca en la ficción. “Las escalofriantes aventuras de Sabrina” dedica una escena a recrear la condena a muerte de Cristo, pero en su lugar, junto al asesino Barrabás, —posteriormente indultado, al igual que en la serie— se encuentran Sabrina y Calibán.

En último lugar aparece Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús por treinta monedas de plata. Estas monedas serán las que la protagonista deberá conseguir, supuestamente, traicionando con un beso a alguien que quiere. Sabrina se niega a cometer esta deslealtad y Judas explica que la otra forma de hacerse con la reliquia es quitándosela a Vlad “el Empalador”, que la guarda en su tumba. Este nuevo personaje fue un gobernante rumano considerado el verdadero Conde Drácula.

Otra figura importante, basada en la leyenda judía, es Lilith. Este personaje es presentado en la temporada inicial de la serie y adquiere una gran importancia en la trama. Los judíos la consideran la primera mujer de Adán, anterior a Eva, que lo abandonó y salió del Edén. Al inicio de la nueva entrega, tras la pérdida de fe en el “Señor Oscuro”, el aquelarre al que pertenecen la protagonista y su familia decide venerar a Lilith. Tras los hechos presentados en la misma, decidirán rezar en su lugar a la diosa griega Hécate, asociada con la magia y la brujería.

La ficción encierra también numerosas referencias filmográficas. Entre ellas, la película de 2019 “Midsommar”, cuya atmósfera se recrea en la celebración de la “Luna de la Liebre”; se toma prestada la figura del “hombre-árbol” de la cinta de terror “The Wicker Man”; en una escena Sabrina y Nick aparecen cubiertos de sangre, haciendo alusión a “Carrie” además, cuando la protagonista y sus amigos visitan el infierno, encuentran allí al fallecido hermano de Harvey representado como el hombre de hojalata de “El Mago de Oz”. Por último, no hay que olvidar que la serie menciona en diversas ocasiones a su pueblo vecino Riverdale, lugar donde transcurre la ficción homónima.