Compositor
El autor que se esconde detrás de la icónica canción del Grand Prix: Un repaso a su legado musical
La música es uno de los elementos que perduran en la memoria colectiva cuando se menciona el icónico programa de televisión Grand Prix
Desde sus inicios, la melodía que acompañaba las pruebas era obra del maestro Eduardo Leiva, un talentoso compositor que ya había dejado su huella musical en otros programas de renombre como El Gran Juego de la Oca y ¿Qué Apostamos?.
La habilidad de Leiva para dar vida a la ambientación del programa a través de la música es innegable. Su enfoque mezclaba armonías típicas de diferentes regiones con toques cómicos, logrando así una sinfonía que se entrelazaba perfectamente con la acción que se desplegaba en el escenario. Además de su papel como fondo musical en las pruebas, Leiva también adaptó éxitos de la época a su estilo, aportando un giro único a pruebas como Los Sacos Musicales, La Vaquilla Musical y Manos Musicales. Pero su creatividad no se detenía ahí, ya que también añadió efectos sonoros de dibujos animados que realzaban la comicidad de los golpes entre los concursantes.
Eduardo Leiva fue el artífice musical del Grand Prix desde 1995 hasta 2001, momento en que cedió su puesto a Danilo Vaona, un talentoso compositor italiano. Vaona no solo creó la canción del programa, sino que también trajo un enfoque diferente. Cambió la música en vivo por grabaciones, y sus efectos sonoros dibujaron un nuevo perfil para el programa. La música de Vaona dominó la esencia cómica del show, marcando un contraste con la tonalidad más tradicional y de pueblo que había caracterizado a Leiva.
Con la resurrección del Grand Prix, RTVE decidió presentar una versión actualizada de la inolvidable canción que acompañó todas las ediciones anteriores. Esta nueva versión lleva la firma del productor, compositor y arreglista Danilo Vaona, quien logró infundirle aún más ritmo. Vale la pena destacar que entre los coristas se encuentra el propio Ramón García, entonando la letra que se ha convertido en una oda al verano y al programa en sí.
Un elemento musical que también marcó el recuerdo colectivo fue la presencia del ballet de Grand Prix. Desde los primeros años del programa, un grupo de 7 bailarinas daba la bienvenida a las pruebas con sus coreografías al compás de la música. Inicialmente, se presentaban como un equipo de animadoras al estilo de los institutos americanos. A partir de 1999, el ballet no solo bailaba, sino que también cantaba una canción diseñada específicamente para cada prueba, añadiendo un toque aún más festivo y veraniego a su presencia en el programa.
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