
Estreno
"Custodia repartida": En la salud... y en la conciliación
Javier Fesser dirige su primera serie para televisión, «Custodia repartida», un drama de humor sobre la realidad de una familia con una hija, superada por la separación

Si ustedes se sientan a ver la nueva serie original de Disney+ «Custodia repartida», cuyos dos primeros episodios estrena esta noche laSexta en exclusiva, antes de su lanzamiento este viernes en la plataforma, probablemente no sepan qué están haciendo. Necesitan saber que su director es Javier Fesser, y que la cantidad de señales que va a recibir en ocho episodios de esta dramedia pueden dejarle con la boca abierta. Y la culpa también recae sobre los creadores y guionistas, Juanjo Moscardó Rius y María Mínguez.
La narración nos muestra a una pareja felizmente formada por Diego, interpretado por Ricard Farré, y Cris, a quien da vida Lorena López. Ambos comparten una hija de cinco años, Cloe (Lucía de Gracia). Pero esa felicidad ha dado paso a una separación que provocará un terremoto en su mundo. Su intención es comportarse como unos adultos maduros, que puedan mantener una amistad y un contacto cordial para que nada pueda afectar a la niña. Pero la realidad se hará patente más pronto que tarde y desbaratará cualquier ideal. Cuando Moscardó y Mínguez eligieron a Fesser para dirigir la serie, su primera para televisión, buscaban la ternura habitual que el cineasta confiere con su trabajo a los personajes. Son ellos los que llevan esta historia sin vencedores ni vencidos. Todos los demás implicados son el círculo cercano de la pareja, como su grupo de amigos (¿su de él o de ella?) y sus padres, Adriana Ozores y Francesc Orella, y Aten Soria y Fernando Sansegundo, los hermanos de Diego, Clara de Ramón y Víctor de la Fuente, y la hermana de Cris interpretada por Cristina Alcázar. Y quién no tiene un amigo descarriado para volver a intentar salir de fiesta, Cristóbal, interpretado por Edu Soto.
«Custodia repartida» puede llegar a incomodar desde el realismo. Personas reales superadas una y otra vez por sus propias miserias y una colección de importantes mentiras. La serie refleja perfectamente cómo de bien está una pareja justo antes de ponerse a malas, y cómo de mal estarán cuando enfadados y separados empiezan a llevarse mejor. El viaje con Cris y Diego es muy duro. No sabes cuál es el tema sobre el que tienes que reflexionar primero. En cada píldora de 30 minutos uno reconocerá la falta de conciliación, las trabas laborales para ser madre, la gentrificación de los barrios, la doble moral con abuelos a los que empleamos de niñeros con condiciones y problemas que surgen cuando confluyen tres generaciones: la de nuestros padres, la de nuestros hijos y la propia. Los saltos entre los problemas propios, los heredados y los dados en herencia llenan los diálogos, además sin un cariz de conflicto, por lo que el espectador irá dando esos mismos saltos entre los personajes, cogiéndoles cariño y dándoles la razón cuando uno cree que la tienen, sin importar quién ha sido. Y siendo una dramedia, ¿dónde surge la parte de comedia? El humor está perfectamente integrado en la totalidad del metraje. Ya sea por la tensión creada en los diálogos de enfrentamiento y reproche, por la deriva de cada episodio hacia un final en todo lo alto (aunque con la moral por los suelos), la tirantez es tal que el humor encuentra resquicios para aflorar en una sonrisa complaciente, certera y a veces acompañada de pesar.
Los personajes en el centro de la serie se han conseguido con buenos actores en roles acertados y con una química precisa como las tres parejas de padres e hijos, con estereotipos acercando los roces personales hasta límites de escándalo. Además de secundarios dignos de aquellos experimentos que hizo Manuel Summers, y que coquetean con las noches de (triste) fiestas con becarios en conciertos donde no se pinta nada (Edu Soto en su salsa), comidas de amigos (qué escena) donde uno puede llegar a aguar la celebración más pintada, o las interminables esperas a la puerta del colegio esperando a los niños (siempre con carné).
Juanjo Moscardó y María Domínguez han construido una realidad equilibrada en la que uno ya no espera que Diego y Cris encuentren el camino de vuelta, si no que al menos sean consecuentes y no se dejen influenciar por todo lo que les rodea. Hay una sensación muy de padres y es que un día se junta todo, como si te mira un tuerto. Pues todo eso junto es «Custodia repartida» en cuatro cómodas horas. Esta noche, a las 22:45 horas, estreno exclusivo de los dos primeros episodios en laSexta tras el acuerdo de suscripción conjunta lanzado el pasado mes de noviembre entre Atresmedia TV y Disney+, que la lanzará entera el jueves.
El toque de Fesser que lo mantuvo drama
►Que Javier Fesser está detrás de obras como la ganadora del Goya al mejor director, «Camino», «Campeones», «Campeonex», «La gran aventura de Mortadelo y Filemón» o «El milagro de P. Tinto», debería ser bastante referencia, pero por si alguien lo dudaba, el director confía en que el humor surge de la más absoluta normalidad. Prueba de ello es que su sistema de trabajo estuvo basado en el rodaje de la serie de tratar todo el tiempo la producción como un drama, dejando que las propias situaciones generasen el humor necesario para equilibrar la balanza hacia la parte «amable» de los conflictos.
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