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Microdramas: El futuro de la ficción es la revolución vertical
►Los microdramas sin girar el teléfono son un éxito en cientos de países y ha creado sus propios canales para la difusión de este novedoso formato audiovisual

La industria audiovisual vive una disrupción sin precedentes guiada por la aparición de un fenómeno que se extiende como la pólvora: los microdramas verticales. Un formato que condensa el suspense adictivo de las telenovelas en píldoras de uno a cinco minutos, grabadas para consumo móvil. Si el «binge-watching» definió la era Netflix, el nuevo «boom» se ajusta al scroll infinito, igual de voraz que TikTok, pero más serializado. China marcó el ritmo, pero las nuevas cifras y el desembarco masivo en América y Europa certifican una transformación imparable y un desafío directo al streaming tradicional. Así lo demostró con datos Gloria Saló, de GECA, durante su ponencia de Euroficción en la pasada edición de Iberseries & Platino Industria.
El fenómeno nace y explota en China, bajo el nombre de «wei duan ju», donde plataformas como Douyin (TikTok), Kuaishou y apps propias suman miles de títulos y millones de visionados diarios. La industria movió, en 2024, más de 7.000 millones de dólares. Un ejemplo es «Cómo domar a un zorro plateado» («How to Tame a Silver Fox»), que según ReelShort ha sumado ya 356 millones de visualizaciones, más que grandes hits de HBO y Netflix como «The Last of Us». Los minidramas siguen fórmulas reconocibles: romance, secretos familiares o venganzas, con cliffhangers constantes y argumentos de alto voltaje, inspirados tanto en los culebrones clásicos como en éxitos de YouTube y TikTok.
El modelo chino ha encontrado rápida réplica en América Latina. En Brasil, Globo planea lanzar «Tudo Por uma Segunda Chance» y otros proyectos en Globoplay y TV Globo, con 50 episodios por título y duración inferior a tres minutos, integrando tramas con sus telenovelas estrella y ofreciendo estrenos tanto en streaming como en redes sociales. México, por su parte, se ha convertido en laboratorio hispanohablante del minidrama gracias a ViX, propiedad de TelevisaUnivision y que ahora se puede disfrutar en España gracias a atresplayer: títulos como «El regreso de la heredera fugitiva» o «Me fui gata, volví perra» dan la vuelta al melodrama y conectan con usuarios tan jóvenes como asiduos del formato vertical. Son relatos con una maquetación algorítmica y social, pensados para el ritmo de TikTok, y disponibles tanto en la app de ViX como en Instagram y otras redes.
Mientras Disney+, HBO Max y Netflix pelean por la cuota premium, las apps verticales como ReelShort, Dramabox y GoodShort marcan cifras inéditas. Los datos de este año otorgan a Dramabox 44 millones de usuarios activos mensuales solo en EE UU, superando a plataformas más tradicionales como Hulu o Paramount+. El gancho radica en una oferta casi infinita de argumentos rocambolescos: «Dominada por el jefe de mi padre» o «Embarazada de mi exsuegro profesor» son solo algunos títulos con audiencias millonarias, capaces de lograr que los usuarios pasen de Netflix al «binge-watching» vertical y gasten hasta 200 dólares al mes en suscripciones y contenidos premium. La monetización es evidente: aplicaciones como My Drama estiman que sus minidramas más populares generan entre 12 y 15 M de dólares, con un modelo «freemium» de éxito.
¿Y España? El formato aún es incipiente, pero el crecimiento es palpable. My Drama, de origen ucraniano, supera el millón de descargas en Google Play y ha sido reconocida por los Webby Awards; ViX ya distribuye microdramas en alianza con atresplayer desde enero de 2025, y el consumo entre jóvenes se dispara en plataformas globales accesibles localmente. Sin llegar al grado de normalización asiático o estadounidense, ya hay intérpretes que alcanzan notoriedad exclusiva con microdramas verticales —como Kasey Esser, autodenominado «el Brad Pitt de los microdramas»— y son cada vez más los creadores independientes que exploran las posibilidades del formato. Títulos de éxito mundial como «Fated to My Forbidden Alpha» o «The Diamond Rose» cosechan millones de reproducciones en Europa, mientras la industria tradicional observa con atención el cambio de paradigma.
El atractivo de los microdramas reside en una combinación perfecta entre la inmediatez del móvil y la familiaridad emocional de la telenovela: puedes ver decenas de episodios en minutos muertos, sin necesidad de seguir el orden, con argumentos de fácil entrada y salida. La narrativa se adapta a la rutina acelerada, el visionado es altamente adictivo y los algoritmos sugieren continuamente nuevas historias ultracortas, en una experiencia de consumo diseñada para «quienes disfrutan del ritmo trepidante de TikTok con lo familiar de una novela romántica». El modelo de negocio incluye desde versiones freemium, donde los ganchos gratuitos desembocan en micropagos por los episodios premium, hasta suscripciones semanales de 20 dólares, a menudo más caras que los planes premium de Netflix. No obstante, el coste de producción es notablemente menor: un microdrama vertical puede costar entre 100.000 y 250.000 dólares, frente a los millones de un episodio en las series tradicionales.
Los microdramas verticales consolidan un nuevo paisaje audiovisual: bajo coste, gratificación instantánea, consumo nativo en el móvil y éxito global. Plataformas como ReelShort, Dramabox, ViX, My Drama o Globoplay están remodelando la industria y, con ella, los hábitos de millones. La pregunta ya no es si retarán a los modelos clásicos, sino cuánto tardarán las grandes compañías en apostar sin reservas por un formato que ha llegado para quedarse.
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