Obituario
Muere a los 33 años Spencer Lofranco, actor de "Jamesy Boy" y "King Cobra"
El canadiense trabajó junto a leyendas de Hollywood y enfrentó sombras personales antes de fallecer en circunstancias que aún se investigan
Spencer Lofranco murió a los 33 años. Un actor joven, intenso, con una carrera que prometía todo y que, sin embargo, terminó demasiado pronto. Su fallecimiento ha sido confirmado por su familia y medios como TMZ, aunque la causa aún está bajo investigación. No hubo grandes comunicados ni portadas espectaculares, pero sí un mensaje sincero de su hermano Santino en redes: "Le cambiaste la vida a la gente. Viviste una vida con la que otros solo sueñan".
Nacido en Canadá y educado en una escuela militar, Spencer creció entre las expectativas de su padre —abogado— y sus propios impulsos artísticos. Le tocaba ser jugador de hockey o seguir la carrera legal, pero eligió otra pista: la de la interpretación. A los 17 ya tenía claro que quería actuar. Entró en la New York Film Academy y, con apenas 20 años, comenzó a rodar junto a figuras como Vera Farmiga, Andy Garcia, Angelina Jolie o John Travolta.
Su primer papel importante llegó en 2013 con "Enamorarse", pero fue en "Jamesy Boy" donde mostró su potencia como protagonista. Le siguieron títulos como "Invencible (Unbroken)", dirigida por Jolie, "Home", "Dixieland" o el biopic "King Cobra". En 2018, su último gran trabajo fue en "Gotti", donde interpretó al hijo del capo John Gotti, interpretado por John Travolta. En apenas cinco años, Spencer Lofranco acumuló una filmografía intensa y variada, capaz de rivalizar con carreras mucho más largas.
Pero la suya no fue una trayectoria sin grietas. En 2013, justo al despegar su carrera, fue acusado de atropellar a una joven y huir del lugar, lo que derivó en una sentencia de 50 días de servicios comunitarios. Él mismo reconocería más tarde haber pasado por etapas personales complicadas, aunque también canalizó parte de esa oscuridad en el arte: durante un tiempo, se dedicó al arte callejero tras alejarse de los focos.
A pesar de la caída en la visibilidad mediática en sus últimos años, nunca dejó de ser recordado por su intensidad como actor y su estilo directo, sin máscaras. En una entrevista de 2014 se definía como alguien “naturalmente divertido”, siempre intentando provocar la risa y ocupar el centro de la escena. Detrás de ese carisma, se escondía también una lucha interna por equilibrar las expectativas ajenas con su deseo de crear algo propio.
Hoy, mientras las autoridades canadienses investigan las causas de su muerte, queda la incómoda sensación de una carrera que no terminó, sino que fue interrumpida. Spencer Lofranco fue una chispa breve pero intensa, que brilló junto a gigantes y que se apagó antes de encontrar su lugar definitivo. Como muchas vidas que arden rápido, deja más preguntas que respuestas.