Antena 3

Pablo Motos y el "susto" que le ha llevado a ser "operado de urgencia"

El periodista valenciano nos tiene acostumbrados a sus accidentes practicando deportes extremos

Estamos acostumbrados a los accidentes de Pablo Motos. Al menos una vez al año, el presentador de "El Hormiguero" da un susto a sus seguidores en cuestiones físicas, como fisuras y roturas varias. Y este lunes tampoco ha sido la excepción, ya que el propio presentador valenciano ha informado a través de sus redes sociales de un grave accidente, que, sin embargo no le ha dejado imposibilitado para ponerse este lunes al frente de la edición diaria del programa de Antena 3.

En la curiosa foto compartida en Instagram, vemos al presentador con una suerte de capa (manta del hospital), posando en ropa interior pero con el brazo derecho en cabestrillo y con cara de preocupación y cansancio. Además, en el texto narra con lujo de detalles cuál ha siso el susto que casi nos deja sin presentador de "El Hormiguero": Me he roto el 90% del tríceps y me han tenido que operar de urgencia".

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Lo que si sabemos es que la idea de posar así no fue nunca suya: "Al salir de la anestesia, sin saber muy bien dónde estaba, mi mujer me dijo que me pusiera de pie y me hizo esta foto. Ahora me llama “Supermanco”. Lo que sí ha avanzado es que este lune spor la noche, él mismo detallará lo qué ha pasado: " Esta noche os cuento todo. Vaya susto".

Ya en el verano de 2022, el valenciano, en el segundo programa de la temporada, compartió una de sus experiencias estivales con los accidentes: "Uno de mis pies se convirtió en el pie del hombre elefante. He traído la foto, dice Jorge Salvador que esta foto tiene el sonido que la gente hace cuando la ve. Así se me quedó el pie después del golpe", dijo mostrando una foto. También narró en su día su experiencia nefasta con un arma: "¿Alguna vez has manejado un arma?”, le preguntaron las hormigas en abril de este año. “Sí, me pegué un tiro en la cabeza”. Aclaró que “fue en la mili y yo me dedicaba a guardar las armas, a cuidarlas y a limpiarlas. Había quedado por la tarde con una chica para dar un paseo”. Fue entonces cuando un grupo vino de las prácticas de tiro, y le dejaron más pistolas para adecentar, pero decidió no limpiar “ninguna”. Narró cómo era su trabajo allí: “Lo que hacía era: las iba montando para ver que no había ninguna bala, jamás había ninguna bala. Pero me encontré con una que estaba en la recámara”, continuó. “Entonces la monto y me dispara, y me hizo una línea prácticamente invisible”, añadió, al tiempo que relató qu elas secuelas fueron que se quedó “sordo de un oído y sin habla. Me llevaron al hospital, estuve como cinco horas sin poder hablar. No oía nada. Al día siguiente me despertaron, y me arrestaron por hacer mal mi trabajo”